Madrid, 31/07/2018 (Pueblo en Línea) – Infinidad de estudios han demostrado que el sobrepeso y la obesidad se asocian a un mayor riesgo de desarrollo de enfermedades muy graves y potencialmente letales, caso de la diabetes, del cáncer y, sobre todo, de las patologías cardiovasculares, primera causa de mortalidad global con hasta 17,7 millones de decesos solo en 2015, según informa ABC.
Y es que es bien sabido que el exceso de peso se asocia a un endurecimiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos. O lo que es lo mismo, a la aparición de la aterosclerosis. Sin embargo, es posible que esta aterosclerosis sea un efecto ‘tardío’ de la obesidad. De hecho, y según muestra un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Bristol (Reino Unido), los corazones de los adultos jóvenes con un índice de masa corporal (IMC) elevado sufren unos cambios estructurales tan nocivos como irreversibles mucho antes de que sus vasos sanguíneos se vean irremisiblemente da?ados.
Como explica Kaitlin H. Wade, directora de esta investigación publicada en la revista ?Circulation?, ?de manera tradicional se ha considerado que el engrosamiento de las paredes de los vasos sanguíneos constituye el primer signo de la aterosclerosis, enfermedad causada por la deposición de placas de lípidos en las arterias y asociada a las enfermedades del corazón. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que la obesidad provoca cambios en la estructura del corazón de los jóvenes que pueden preceder a estos cambios en los vasos sanguíneos?.