El alto costo del bandoneón amenaza el vigor del tango argentino |
Fuente: Agencias
Buenos Aires,11/11/2014(El Pueblo en Línea)-El tango se encuentra viviendo el pico más alto de popularidad desde la llamada época dorada, en los a?os 40 y 50. La amenaza no viene por una pérdida de interés entre los argentinos. El problema más bien reside en la escasez del instrumento tradicional que debe acompa?ar toda presentación de tango que se respete: el bandoneón.
Inventado por un fabricante de instrumentos llamado Heinrich Band en la década de 1850, su nombre proviene de la unión del apellido del fabricante y la palabra acordeón en alemán.
A pesar de ser una parte esencial en el mundo del tango, el bandoneón nunca se fabricó en Argentina. El instrumento llegó al país desde Alemania en el siglo XIX, de la mano de inmigrantes europeos. La producción se vio paralizada en Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, debido a la baja demanda registrada en ese momento, por lo que el bandoneón pasó a ser un instrumento de colección.
Por esta razón, muy pocos ejemplares salen a la venta, y aquellos que lo hacen cuestan más de US$4.700, un precio casi impagable para la mayoría de los argentinos.
Desde los a?os 90 Alemania retomó la producción, pero el precio de estos nuevos ejemplares supera los US$6.000.
En la actualidad hay un proyecto para producir bandoneones en el que trabajan profesores y alumnos del Departamento de Dise?o Industrial de la Universidad Nacional de Lanus, en Buenos Aires.
El equipo, de 14 personas, viene trabajando desde el 2012 y tiene previsto hacer una prueba de producción antes que termine este a?o.
Sin embargo, ha sido un proceso complejo. Un bandoneón típico contiene más de 2.300 partes.
El instrumento de referencia que han utilizado para desarrollar el dise?o propio es uno de los más celebrados ejemplares, construído por el maestro Alfred Arnold, considerado el Stradivarius de los bandoneones.
La idea ha sido generar una propuesta más simple que facilite la producción a nivel industrial.
"Nuestra idea siempre ha sido respetar el sonido original del instrumentos tanto como sea posible", dice Andrés Ruscitti, integrante del equipo que trabaja en el proyecto.
Por ello desarrollaron un nuevo bandoneón que mantiene partes hechas con materiales tradicionales (madera y cartón), pero al cual se le han agregado componentes de plástico.
El “pichuco” incluye partes de plástico para abaratar costos y poder venderlo a u
A esta versión la llaman "pichuco", en honor al sobrenombre de Aníbal Troilo, uno de los grandes del bandoneón en Argentina. Para asegurarse que el "pichuco" suene tan bien como sea posible, invitaron a varios músicos para probar el prototipo. Dependiendo de los resultados de las próximas pruebas, la producción arrancará el próximo a?o. No obstante, los líderes del proyecto aún no saben cuánto les tomara fabricar cada instrumento o cuantos podrán producir.