BEIJING, 7 nov (Xinhua) -- Las heladas relaciones entre China y Japón mostraron este viernes inequívocas se?ales de descongelación, con el anuncio de un amplio consenso bilateral para llegar a un acercamiento.
En una reunión obviamente productiva, el consejero de Estado chino Yang Jiechi y el director del Consejo de Seguridad Nacional de Japón, Shotaro Yachi, asesor clave de política exterior del primer ministro nipón, Shinzo Abe, acordaron que ambas partes continuarán desarrollando su relación estratégica de beneficio recíproco.
En el frente político, las dos partes coincidieron en la posición de buscar el consenso sobre cómo superar las dificultades bajo el espíritu de enfrentar la historia honestamente y trabajar juntos para el futuro.
Respecto a la disputa territorial sobre las Islas Diaoyu en el Mar Oriental de China, ambos reconocieron que China y Japón mantienen posiciones diferentes, y acordaron establecer un mecanismo de manejo y control de crisis para impedir mayores escaladas y eventualidades desastrosas.
También acordaron reanudar gradualmente el diálogo político, diplomático y sobre seguridad a través de varios canales bilaterales y realizar esfuerzos conjuntos para afianzar la confianza política mutua.
El acuerdo de cuatro puntos es un alentador rompehielos que penosamente se ha retrasado. Dos a?os después de que la llamada "nacionalización" de las Islas Diaoyu, por parte de Japón, lanzara en caída libre los vínculos bilaterales, ya es hora que la interacción bilateral retoma los cauces normales.
Debido a su estrecha interconectividad económica y los importantes papeles que desempe?an en la promoción del desarrollo y la salvaguarda de la estabilidad tanto en la región como en el mundo, el distanciamiento China-Japón ha mantenido los nervios muy de puntas durante demasiado largo tiempo.
Por todos los intereses en juego, el avance tiene un especial significado, pues ha llevado las relaciones entre la segunda y tercera economías más importantes del planeta a recobrar una temperatura superior al punto de congelación. De implementarse adecuadamente, constituirá un punto de inflexión en la trayectoria de los lazos China-Japón.
Ahora, con el acuerdo histórico, ha aumentado considerablemente la atención de los medios de comunicación internacionales a las especulaciones sobre una cumbre entre el presidente chino, Xi Jinping, y Abe al margen de la reunión de líderes de las economías miembros del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés), que se celebrará en Beijing a principios de la semana que viene.
El optimismo es natural, pero debería mantenerse a niveles razonables. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China todavía no ha dado una respuesta definitiva sobre si Xi conversará o no con Abe, ni, si en caso de que así fuera, qué tipo de conversaciones mantendrían.
Además, supone una realidad agonizante e innegable que ocurra o no la cumbre China-Japón, la capa de hielo que recubre las relaciones bilaterales es demasiado gruesa para derretirse en un día o dos.
Ahora que el acuerdo Yang-Yachi ha dado comienzo a una época de deshielo en la relación entre China y Japón, la máxima prioridad es implementar con seriedad el consenso y llevar a cabo medidas concretas que alivien las tensiones y construyan la confianza.
Conseguir la distensión entre los dos países sigue siendo una ardua tarea, y la responsabilidad es principalmente de Japón. Fue la actitud provocadora de Tokio sobre asuntos históricos y territoriales lo que hizo que las relaciones bilaterales cayeran en picado.
Pero los últimos progresos demuestran la voluntad, la sabiduría y el coraje de ambas partes para mejorar sus relaciones. Habiendo dado el primer paso, es muy recomendable que aprovechen este ímpetu para dar una zancada hacia adelante.