Destacan la extraordinaria vida de Luisa Casati, la Lady Gaga del siglo pasado |
Roma,23/10/2017(El Pueblo en Línea)-La legendaria Luisa Casati murió de un infarto en 1957, a los 76 a?os y fue enterrada con su perro pekinés y un par de pesta?as falsas. A 60 a?os de su muerte, BBc Mundo destaca aspectos de su extraordinaria vida.
En abril de 1917, cuando la Primera Guerra Mundial ya iba por su tercer a?o, Pablo Picasso acudió a una cena que ofrecía en Roma la riquísima marquesa Luisa Casati.
"El contraste con el París que acababa de abandonar, conmocionado por la contienda, era tan absurdo que Picasso logró mantener viva la memoria visual de ese día por el resto de su vida", escribe Judith Mackrell en su nuevo libro "El Palacio Inacabado".
Nacida en Milán en 1881 y huérfana desde los 15, Luisa Casati se convertiría en una figura rodeada de leyendas tan elaboradas como la ropa que llevaba.
Tenía una colección de mascotas que incluían una boa constrictora que llevaba alrededor del cuello, pavos reales entrenados para posarse en las ventanas y una bandada de mirlos albinos te?idos de diferentes colores para combinar según las temáticas de sus fiestas.
Casati encargó al dise?ador del vestuario de la compa?ía artística Ballets Rusos crear atuendos extravagantes. Merece especial mención aquél hecho con peque?as bombillas eléctricas que tras un cortocircuito incluso le provocó una descarga eléctrica tan poderosa que obligó a la marquesa a dar una voltereta hacia atrás.
Ella vivía tan fascinada por lo oculto que siempre llevaba consigo una bola de cristal y coleccionaba réplicas de sí misma hechas con cera, incluida una a escala real a la que le hizo una peluca con su propio cabello.
Físicamente, Casati era impresionante y resaltaba su figura de una forma muy inusual tal como relata un perfil que publicó The New Yorker en 2003.
"La marquesa era excepcionalmente alta y de un delgado cadavérico, con una cabeza en forma de daga y una cara un poco salvaje con ojos brillantes. Ella misma hacía que sus pupilas fueran más brillantes usando belladona y ennegreciendo el contorno de sus ojos con tinta china o khol.
Sin embargo, Casati no era simplemente una excéntrica extravagante, como revelan.
Sus fiestas — y los trajes que llevaba para tales ocasiones— estaban sumamente planeados y ella los veía como algo más que eventos sociales.
Ella se veía a sí misma como una "obra de arte viviente".
El traje que electrocutó a Casati era en sí mismo una obra de arte.
Las bombillas estaban enganchadas por la punta a cientos de flechas que atravesaban un traje de armadura plateada que, adoptando la tecnología moderna, tenía la intención de mostrar sus credenciales como Futurista.
Pero siguió ejerciendo influencia tras su muerte: Vivien Leigh e Ingrid Bergman han protagonizado personajes basados en ella y ha servido de inspiración para dise?adores de moda como John Galliano, Alexander McQueen y Dries Von Noten.