or Meng Na y Fu Shuangqi
BEIJING, 17 sep (Xinhua) -- El revuelo en torno a las disputas del Mar Meridional de China, que parece ser mayor que nunca, da una imagen equivocada de la situación en la región.
A pesar de las diferencias en este asunto, China y Estados Unidos sí que comparten la perspectiva de que la libertad y la seguridad de navegación deben estar garantizadas a fin de facilitar los negocios y el comercio. El Mar Meridional de China no es ni sería un problema entre los dos países.
China posee rotundas pruebas históricas y apoyo legal para justificar su soberanía sobre las islas Nansha y sus aguas adyacentes.
Desde la década de los 70 del siglo pasado, naciones como Filipinas y Vietnam han invadido y ocupado islas y arrecifes en el Mar Meridional de China, infringiendo los derechos e intereses legales de China. Fueron esos países quienes iniciaron la disputa.
En su calidad de víctima de facto en el asunto del Mar Meridional de China, China ejerce una gran contención con el fin de mantener la paz y la estabilidad en sus aguas.
El objetivo fundamental de China en este área es hacer del Mar Meridional de China un lugar que sea la representación de la paz, la amistad y la cooperación, lo cual se ajusta a su visión diplomática de adherirse a una senda de desarrollo pacífico. La paz y la estabilidad en esas aguas también favorecen los intereses de Estados Unidos.
En su calidad de observador externo, y no de parte concernida, Estados Unidos no tiene ninguna disputa territorial con China. Sin embargo, algunas personas en Washington, que aún operan bajo una mentalidad de la Guerra Fría, ven el tema como una oportunidad para contener a China y dificultar su desarrollo.
Mientras tanto, ciertos países de la región también han intentado arrastrar a Estados Unidos al asunto y crear una confrontación entre éste y China de manera que puedan cazar la pieza sin levantar un dedo.
Gente con visión de los dos lados del Pacífico se han dado cuenta de las intenciones de tales planes y existen posibilidades de que las dos potencias sean capaces de colaborar en favor de la paz y la estabilidad en la región.
A fin de lidiar con las disputas, China y los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) han adoptado una estrategia de doble vía, según la cual, las disputas específicas se resuelven mediante negociaciones entre las naciones directamente afectadas y la paz y la estabilidad en la región la mantienen de manera conjunta China y los miembros de la ASEAN.
Se ha firmado la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China y se han logrado avances en las consultas referentes a la formulación del Código de Conducta en el Mar Meridional de China.
Estados Unidos debe cumplir su promesa de no tomar partido en el asunto. China acoge con agrado que Estados Unidos haga propuestas constructivas que deben ser viables.
Los proyectos de construcción de China en algunos islotes habitados de las islas Nansha pretenden mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la población local y se ajustan a estrictos estándares de protección medioambiental. No supondrán un peligro al equilibrio de poder en la región ni un desafío a la libertad de navegación.
La libertad de navegación y de vuelo no ha sido jamás ni será un problema. China tiene las mismas preocupaciones que otros países en materia de libertad de navegación en el Mar Meridional de China, dado que la mayor parte de sus mercancías se transportan a través de esa región.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dijo recientemente: "China está dispuesta a trabajar con las otras partes para mantener la libertad de navegación y de vuelo en el Mar Meridional de China".
Hace siete décadas, China y Estados Unidos eran aliados contra las fuerzas fascistas. En el futuro, alcanzarán un modo de cooperación positivo y se complementarán en los principales asuntos.
A finales de este mes, el presidente chino, Xi Jinping, realizará su primera visita de Estado a Estados Unidos, una visita que se espera con expectación que produzca un dise?o más claro de los lazos bilaterales.
Cuando se reunió con su homólogo estadounidense, Barak Obama, en junio de 2013 en California, Xi propuso un concepto conocido como "un nuevo modelo de relaciones entre potencias". Un a?o y cinco meses más tarde, cuando Obama visitó China, los dos identificaron las prioridades para la construcción de dicho modelo de relaciones.
Basada en evitar la confrontación y el conflicto y en abrazar el respeto mutuo y la cooperación de beneficio recíproco, esta noción diplomática entre las dos mayores economías del mundo ha sido elogiada como pensamiento creativo en las relaciones entre Estados.
Pero para llevarla a la práctica, los dos países deben estar centrados, mantener las perspectivas a largo plazo y gestionar sus diferencias en los grandes problemas, como el de las disputas en materia del Mar Meridional de China.
Si son capaces de negociar cada problema que se presente de la misma manera que este, podrán conducir su relación hacia aguas mucho más amplias.