Los dientes fosilizados de la especie recién descubierta Homo luzonensis. [Foto: agencias]
Por David Ho y Cornelia Zou
Manila, 15/04/2019(El Pueblo en Línea) - La determinación de una nueva especie, y posiblemente de uno de nuestros antepasados, está planteando preguntas sobre las teorías existentes de la evolución y la naturaleza del árbol genealógico humano.
Un equipo de investigación internacional determinó que siete dientes y seis huesos encontrados en las cuevas de piedra caliza, en Filipinas, pertenecían a dos adultos y un hijo de una recién conocida especie antigua.
La especie, bautizada como Homo luzonensis, ha sido nombrada por Luzon, la isla más grande y poblada de Filipinas, donde los fósiles fueron descubiertos en 2007, 2011 y 2015. De acuerdo a un artículo publicado en la revista Nature, los fósiles de Homo luzonensis se estima que tienen 67.000 a?os.
"Es probablemente el mayor descubrimiento de un período y a?ade nuevos elementos a las teorías de la dispersión humana”, indicó Patrick Roberts, líder del grupo del laboratorio de isótopos estables en el Departamento de Arqueología del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Alemania.
"Este hallazgo es significativo porque proporciona más evidencia de la complejidad de la evolución humana en Asia oriental", asegura Shara E. Bailey, profesora asociada y presidenta asociada del Departamento de Antropología de la Universidad de Nueva York.
"Es particularmente emocionante porque casi todas las nuevas especies anunciadas en los últimos 15 a?os han indicado que, o bien había muchas más especies además del Homo sapiens durante el pleistoceno tardío, o que hemos estado subestimando lo morfológicamente variable."
Debido al tama?o de su mandíbula y dientes peque?os , el Homo luzonensis tenía probablemente entre 3 y 4 pies de altura.
Dado que el tama?o de los dientes se cree que es indicativo del tama?o del cuerpo, es posible que el Homo luzonensis incluso podría haber sido más peque?o que el Homo floresiensis, otra especie de Asia. Los dos, sin embargo, no están necesariamente relacionados.
Se cree que el Homo luzonensis caminó erguido y utilizó herramientas de piedra. Además, tenía los pies de una forma que hacía la escalada más fácil, y una distintiva anatomía, diferente a los humanos modernos.
Roberts se?aló que ciertas características como los huesos curvados de los dedos del pie se?alan que la habilidad para escalar pudo haber sido un aspecto importante de la supervivencia del Homo luzonensis en medio de una isla tropical, lo cual ofrece una visión del medio ambiente de la época.
Los dígitos pueden haber sido como los de Australopithecus, primates antiguos que poblaron la tierra millones de a?os antes de que el Homo erectus saliera de áfrica.
"El árbol genealógico es ahora más complicado. Así que eran homínidos que pudieron llegar a la isla con éxito, adaptarse y hasta transformar su aspecto físico", destacó en una conferencia de prensa el científico Armand Salvador Mijares, arqueólogo filipino que dirigió las expediciones que descubrieron al Homo luzonensis.
"Aunque pudo haber llegado un momento en que no pudieron sostener la capacidad de transformación física."
Mijares también afirma que el Homo luzonensis no es nuestro antepasado. Su criterio se basa en los tres molares arraigados, aunque se especula que también proviene de áfrica.
Sin embargo, la posibilidad de que el Homo luzonensis sea un antepasado ambientalmente determinado del Homo erectus, o que sus genes todavía existan en nuestro grupo genético, no se puede descartar por completo.
Durante muchos a?os, una teoría líder de la evolución se centró en la idea de que una especie temprana llamada Homo erectus (los posibles antepasados de los humanos modernos, Homo sapiens), comenzó a emerger desde áfrica entre 2 y 1,5 millones de a?os atrás. Otra escuela de pensamiento ubica la llegada del Homo sapiens en Asia entre 50.000 y 70.000 a?os atrás.
"Cuando el Homo sapiens se dispersó de áfrica entre 70.000 y 100.000 a?os atrás, reemplazaron o se intercriaron con grupos arcaicos ya existentes. Ellos (Homo sapiens) pueden no haber llegado a las islas hasta mucho más tarde, lo que significa que los grupos arcaicos podrían haber sobrevivido más tiempo", explicó Bailey.
Las poblaciones insulares del pasado estaban, sin dudas, mucho más aisladas que las continentales.
"Eso significa que hay una mayor probabilidad de morfologías inusuales que aparecen y se mantienen en una alta frecuencia”, indicó Bailey.
"Si el sudeste asiático sirvió como un tipo de refugio del Homo sapiens entrante, podemos encontrar aún más evidencia de morfotipos inusuales de homídeos”, a?adió.
La composición genética de los seres humanos modernos es muy diversa y el árbol genealógico es cada vez más complejo.
"Las líneas que conectan los puntos de nuestra dispersión dentro y fuera de áfrica, y nuestro viaje evolutivo, son increíblemente irregulares", concluyó Roberts.