El Gobierno de Filipinas condenó enérgicamente este martes el asesinato del rehén canadiense Robert Hall por parte del grupo de Abu Sayyaf.
El secretario de la Oficina Presidencial de Operaciones de Comunicación, Herminio Coloma Jr., explicó que el Gobierno expresó sus más profundas condolencias a la familia de Hall.
Hall fue el segundo rehén canadiense asesinado por Abu Sayyaf en menos de dos meses, después de que no fuese abonado el dinero del rescate. El canadiense John Ridsel, ejecutivo de una compa?ía minera, fue asesinado en abril.
Los dos se encontraban entre los cuatro rehenes que fueron capturados el septiembre pasado por militantes en un centro turístico en la isla Samal, en Davao del Norte. Las otras dos víctimas en manos de Abu Sayyaf son el ciudadano noruego Kjartan Sekkingstad y la filipina Marites Flor.
Coloma indicó que la muerte de Hall "sirve para fortalecer la determinación del Gobierno para poner fin a este reinado del terror y el bandolerismo".
Hall fue decapitado después de que a las 15:00 hora local del lunes expirase el plazo sin que se produjese el pago del rescate a Abu Sayyaf. Supuestamente, los secuestradores pedían 300 millones de pesos filipinos (casi 6,5 millones de dólares estadounidenses) por cada uno de los rehenes.
Los líderes de Abu Sayyaf han jurado lealtad al Estado Islámico, aunque diversos analistas creen que se concentra más en secuestros para cobrar rescates que en el establecimiento de un califato.