CARACAS, 11 mar (Xinhua) -- Venezuela enfrenta uno de sus panoramas internos más difíciles en los últimos 17 a?os; una situación marcada por la aguda crisis económica, la pérdida de espacios en el ámbito político y ahora, como nuevo elemento, un recrudecimiento de las tensiones con Estados Unidos.
El presidente venezolano Nicolás Maduro retiró al encargado de Negocios de Venezuela en Washington, Maximilien Arveláiz, luego de esperar 18 meses por el beneplácito de la administración estadounidense para que éste fungiera como embajador.
El máximo representante del Ejecutivo venezolano argumentó el retiro de Arveláiz por las últimas acciones "injerencistas" de su homólogo Barack Obama, lo cual propiciado a su vez que Caracas decidiera revisar de forma integral sus relaciones con Estados Unidos.
Obama decidió extender por un a?o la Orden Ejecutiva 13692 firmada por primera vez el 9 de marzo de 2015, en la cual se declara la presunta violación de derechos humanos en Venezuela como "una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad" de Estados Unidos.
Dicha decisión se tradujo en el envalentonamiento de sectores de la derecha local, que de manera rauda evalúan mecanismos para promover la salida del gobierno, con desdén de las propuestas unitarias entre el oficialismo y la oposición para superar los problemas del país.
"Con la ratificación del 'decreto Obama' la oposición tiene luz verde para iniciar un conjunto de acciones para presionar a Venezuela (...) Ellos saben que por primera vez en 17 a?os el chavismo se encuentra en una posición de debilidad", afirmó el analista político, Luis Delgado Jaramillo.
En entrevista con Xinhua, Delgado aseguró que el innegable desgaste que tiene la población venezolana y su permanente cuestionamiento a errores dentro de la gestión gubernamental, son factores aprovechados por la derecha para erigir una movilización política de orden electoral.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD, alianza de derecha) con presencia mayoritaria en La Asamblea Nacional (AN, Congreso unicameral) con 109 de 167 diputados, evalúa mecanismos que van desde un revocatorio al mandato del presidente Maduro, hasta la modificación parcial o total de la Constitución para abreviar su gestión.
Otros sectores de la oposición apuestan a la activación de la Carta Democrática Interamericana de la Organización de Estados Americanos (OEA) en contra de Venezuela, la cual, en caso de hacerse efectiva, puede excluir al gobierno venezolano del bloque hemisférico.
Para este propósito, una comitiva de diputados a la AN, liderada por el diputado Williams Dávila, espera entregar el próximo 15 de marzo al secretario general de la OEA, Luis Almagro, la petición formal para la activación de la carta.
En ese sentido, el analista Delgado Jaramillo se?aló que la MUD cuenta con un respaldo internacional que no debe subestimarse, ya que al ser Estados Unidos el líder en esta lista de países se tiene el apoyo del gobierno argentino y el Congreso de Brasil.
"En la última reunión del Mercosur (Mercado Común del Sur), el presidente (argentino) Mauricio Macri abogó por la salida de Venezuela del bloque y es un gobierno que apoyó la aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela", explicó el analista.
Acotó que el Congreso brasile?o está presionando mucho a la presidenta Dilma Rousseff para que se pronuncie en contra de Venezuela.
Pero pese a estas acciones de la derecha local en el campo internacional, que persiguen dar fin al actual gobierno y virar el poder político para hacerse de éste, prevalecen elementos que no les tornarán fácil el camino.
En el caso de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, cuya decisión depende exclusivamente de la OEA, debe tomarse en consideración que la composición política dentro del organismo ha cambiado en los últimos a?os.
"La OEA ya no es como hace unos a?os que era un recinto reservado para las cosas pronorteamericanas, también dentro de la OEA hay países que no están de acuerdo que se vulnere el orden constitucional y que salga el presidente Maduro", explicó el analista internacional, José Egido.
Según Egido, el factor tiempo es también decisivo para la oposición que, asegura, "tiene prisa para salir de Maduro porque cree posible que las medidas del gobierno en el ámbito económico puedan conllevar a una estabilidad".
Dentro de las medidas referidas por el analista se encuentra la Agenda Económica Bolivariana como método para enfrentar la emergencia económica decretada a principios de 2016, la alianza táctica con el sector empresarial privado así como las acciones en el ámbito internacional para la defensa de los precios del petróleo.
Otra desventaja que según ambos analistas presenta la derecha local en su interés de derrocar al presidente Maduro, es la incapacidad para acordar una vía única para alcanzar su propósito.
"Las vías que ellos eligen son distintas y contradictorias, unos recogen firmas, otros buscan activar la Carta (Democrática) de la OEA, otros buscan una Asamblea Nacional Constituyente (modificar toda la Constitución)", precisaron los expertos.
En ese sentido, se vislumbra que así como la oposición basó su fortaleza en los errores anteriores del gobierno, el Ejecutivo puede ahora recuperarse de su actual situación al valerse de las debilidades de los sectores de derecha.
Para ello, el objetivo de la rectificación en materia económica, política, social y cultural tiene enormes dimensiones y se traduce en múltiples tareas que van desde la remoralización del pueblo, mediante una lucha contra la corrupción, hasta la efectividad de las medidas económicas.
No cabe duda que el panorama político y social es de extrema complejidad, dado en primer término la difícil situación por la que atraviesa Venezuela, un país con la tasa inflacionaria más alta del mundo y dependiente en su totalidad de la exportación de petróleo.
Egido agregó que el país tiene dos opciones, desaparecer en la práctica como país o, por el contrario, sanear su economía al lograr su diversificación y convertir el petróleo en un elemento más.
El gobierno de Venezuela debe por ende profundizar en la idea de exportar productos no petroleros, continuar las alianzas en el campo internacional con países como China, Rusia, Irán y Cuba y seguir los esfuerzos junto a países petroleros para estabilizar los precios del crudo.
De cambiar la situación económica de Venezuela, se puede lograr con ello la estabilidad en el campo político y social y descartarse así una eventual irrupción del orden constitucional por parte de la oposición.
Un indicador relevante de que el gobierno del presidente Maduro puede salir airoso del actual escenario, es que aun estando en su peor situación económica y su más complejo panorama político, todavía cuenta con más de cinco millones de venezolanos que lo respaldan.