El juez Ricardo Lewandowski asumió hoy la presidencia del Supremo Tribunal Federal de Brasil, en sustitución del popular y polémico Joaquim Barbosa, el primer negro que ocupó ese cargo y que renunció recientemente al cargo.
"Justicia que tarda es justicia que falla", dijo Lewandowski en sus primeras declaraciones como nuevo presidente de la máxima corte brasile?a, a la vez que prometió agilizar el proceso penal mediante una "intensificación del uso de medios electrónicos".
El nuevo presidente del Supremo tiene 66 a?os y se formó en derecho en la Facultad de Sao Bernardo do Campo. Tiene cursos de posgrado en la Universidad de Sao Paulo y en la Tufts University y la Fletcher School of Law and Diplomacy, estas dos últimas de Estados Unidos.
Lewandowski es miembro del Supremo desde marzo de 2006, cuando fue propuesto para ocupar ese cargo por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
A la investidura asistió la presidenta Dilma Rousseff, así como el procurador general de la República, Rodrigo Janot, quien elogió el talante "sereno" del nuevo presidente de la corte, en lo que pareció una alusión al explosivo carácter de Barbosa, un polémico magistrado con fama de inflexible.
Joaquim Barbosa, quien en junio anunció su jubilación, está considerado como el juez con más notoriedad en el país, sobre todo por su actuación en el llamado "mensalao" o "juicio del siglo", la red de corrupción política denunciada en 2005 durante el Gobierno que presidía Luiz Inácio Lula da Silva.
En ese entonces fueron juzgadas 37 personas, siendo declaradas 25 de ellas culpables, entre ellas dirigentes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Durante el juicio, que se prolongó durante unos ocho meses, Lewandowski se enfrentó en fuertes polémicas con Barbosa, sobre todo por el rigor de las penas aplicadas, las cuales sumaron casi 270 a?os de cárcel y, en su opinión, fueron excesivamente duras.
Lewandowski, siempre muy crítico con la lentitud de la justicia, fue elegido en una votación realizada entre los otros diez magistrados de la corte, que mantuvieron la tradición de designar presidente al juez con más antigüedad en ese tribunal, y que aún no había ocupado ese puesto, que rota cada dos a?os.