Una azafata revisa los billetes en un tren que realiza la ruta Addis Ababa-Djibouti, construido por China. Se trata del primer ferrocarril eléctrico moderno de áfrica, que entró en funcionamiento en enero. [Foto / Xinhua]
Beijing, 31/08/2018 (El Pueblo en Línea) - En la tercera cumbre del Foro sobre Cooperación China-áfrica, que comienza en Beijing el lunes, el presidente Xi Jinping recibirá a distinguidos invitados de 54 estados miembros de FOCAC en una reunión sin precedentes, la más grande en las relaciones de áfrica con cualquier país del mundo.
La larga amistad entre China y áfrica se remonta 600 a?os atrás a las legendarias expediciones del navegante chino Zheng He, cuya flota llegó a las costas de áfrica oriental cuatro veces. En la historia más reciente, el ferrocarril de Tazara entre Tanzania y Zambia construido en la década de 1960 se erige como un monumento de lo que China y áfrica pueden lograr juntos.
Sobre la base de la amistad tradicional entre China y áfrica, la cumbre de Beijing del FOCAC de 18 a?os revisará el trabajo anterior y planificará el futuro de la cooperación China-áfrica en todas las áreas, con el fin de forjar una mayor sinergia en las estrategias de desarrollo de dos lados. China se ha mantenido como el mayor socio comercial de áfrica durante nueve a?os consecutivos, y las inversiones chinas en áfrica han aumentado más de 100 veces en los últimos 18 a?os. Esta cooperación ha experimentado un nuevo auge desde 2013, cuando la implementación de la iniciativa “la Franja y la Ruta” brindó un nuevo impulso para mejorar la cooperación desde el comercio de bienes y la contratación de proyectos hasta la capacidad industrial y la inversión de capital.
La cooperación China-áfrica se guía por principios distintos. La igualdad y la ayuda mutua constituyen el primer principio. En lugar de saquear o explotar, Zheng He trajo regalos a sus anfitriones africanos y se llevó nada más que unas pocas jirafas. China ve a áfrica como un socio en igualdad de condiciones en el desarrollo y en asuntos internacionales y regionales, donde se apoyan mutuamente en asuntos de intereses centrales y grandes preocupaciones.
El segundo principio es poner el mayor bien de las relaciones entre China y áfrica antes que el interés propio. Como parte de su cooperación con áfrica, China cree en dar antes de tomar, en lugar de dar más y tomar menos. China nunca pone ataduras a su ayuda, ya que no lo ve como un instrumento para el control político. Si bien muchos inversionistas occidentales se resisten al enorme coste y al prolongado ciclo de proyectos de infraestructura muy necesarios, China ha intervenido para ayudar a reducir la brecha de financiamiento.
Y el tercer principio es la sostenibilidad. Como dice un proverbio chino, es mejor ayudar a otros a aprender a pescar que simplemente darles pescado. Los proyectos de China y áfrica son propuestos por los países africanos en función de sus propias necesidades y seleccionados a través de una evaluación rigurosa de la viabilidad económica. Algunos de ellos están generando buenos retornos. La construcción y operación del Ferrocarril Mombasa-Nairobi, por ejemplo, ha creado más de 46.000 empleos para Kenia, contribuido 1,5% a su crecimiento del PBI, y reducido los costes de logística en un 14% hasta el 40%.
Sin embargo, la cooperación entre China y áfrica no es una vía de un solo sentido, ya que las empresas chinas también se han beneficiado de ella, impulsando su estrategia global y abriendo nuevos mercados en una vasta región.
Pero en medio de las muchas historias de éxito, también hay casos aislados de mala conducta y mala gestión por parte de compa?ías e individuos chinos, que han sido corregidos mediante consultas amistosas. Algunos en los medios de comunicación occidentales, sin embargo, se deleitan en emitir calumnias sobre China, y su último objetivo es el problema de la deuda de áfrica.
El problema de la deuda africana tiene una larga historia, por la cual los países occidentales tienen que asumir importantes responsabilidades. China ha hecho todo lo posible para anotar o cancelar repetidamente las deudas de los países africanos. China se compromete a ser un prestamista responsable, y la deuda que áfrica le debe a China está bajo control.
Eventualmente, solo con el desarrollo, áfrica puede librarse de la carga de la deuda. Y ahí es donde la cooperación con China puede ayudar. Nuevamente, para el Ferrocarril Mombasa-Nairobi, según las estimaciones, funcionar al 40% de su capacidad total de carga generará suficientes ganancias para pagar los préstamos concesionarios de China y los préstamos financieros de instituciones financieras africanas e internacionales.
China también está explorando otras opciones de financiación innovadoras, como la asociación público-privada en áfrica. La Zona de Cooperación Económica y Comercial Teda Suez entre China y Egipto establecida en 2008 es uno de esos ejemplos. Gracias a la financiación combinada de empresas chinas y egipcias y el Fondo de Desarrollo China-áfrica, este proyecto ha estado funcionando sin problemas para convertirse en un sólido contribuyente a la economía local.
La gente de áfrica es el mejor juez de la cooperación entre China y áfrica. Según una encuesta realizada en 2016 por Afrobarometer, una agencia independiente de encuestas panafricana, el 63% de los encuestados de 36 países africanos tenían puntos de vista generalmente favorables sobre la cooperación económica con China y consideraban que la influencia de China era beneficiosa.
En la cumbre de FOCAC, China y áfrica volverán a mostrar al mundo el enorme bien que resultará de su sincera cooperación. La cumbre pasará a la historia como un hito en la construcción de una comunidad aún más fuerte con un futuro compartido entre China y áfrica.
El autor es un experto en estudios internacionales.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)