MEXICO, 17 mar (Xinhua) -- La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que conlleva a una restricción calórica extrema ante la que se dan procesos de inflamación de cerebro, además de producir déficits cognitivos en regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal, advirtió el científico mexicano, Daniel Reyes Haro.
En un comunicado, el académico del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó hoy que estos factores de riesgo surgen de estudios de resonancia magnética realizados en pacientes con este trastorno de la conducta alimentaria.
"Al hablar de células del cerebro, las neuronas son el referente obligado. Por ello, su estudio es clave para entender las alteraciones ocurridas en trastornos psiquiátricos como la anorexia nerviosa", indicó.
Por lo anterior, el investigador realiza una serie de estudios en modelos murinos (con ratones o ratas) de anorexia en busca de conocer las alteraciones que ocurren a nivel celular.
Para Reyes Haro, indagar en roedores puede arrojar luz sobre el tema debido a que en la fauna se observan estrategias en las que se inhibe la ingesta a fin de sobrevivir, como los osos al hibernar, o cuando los pingüinos machos son abandonados por sus compa?eras, esto se conoce como anorexia animal.
"Aquí la privación de alimento es regulada fisiológicamente como una estrategia adaptativa, lo cual es parte natural de su ciclo de vida. No obstante, en el humano es una conducta alimentaria aberrante", se?aló.
En el humano, abundó el experto, este trastorno tiene que ver con factores psicológicos no reproducibles en el laboratorio; sin embargo, la aproximación experimental en roedores permite investigar sobre los mecanismos neurobiológicos asociados a la decisión de no alimentarse, pese a tener hambre.
Asimismo, Reyes Haro explicó que la neuroinflamación es promovida por las células gliales, mismas que constituyen más de la mitad del cerebro humano.
Los astrocitos y la microglia forman parte de este grupo de células nerviosas y ambos son parte fundamental en la respuesta inmune de este órgano.
"Nuestros estudios recientes mostraron que dichas células incrementan su densidad y se vuelven reactivas ante una restricción calórica, lo que aumenta la producción de citosinas, moléculas proinflamatorias que alteran la función normal de los circuitos sinápticos", dijo.
Este tipo de estudios son necesarios para entender la neurobiología de la anorexia, que afecta a cientos de miles alrededor del mundo.
"Ello no implica que hagamos de lado los aspectos psicológicos, sólo es otra forma de abordar e intentar comprender el problema", agregó el experto de la máxima casa de estudios de México.