BEIJING, 7 feb (Xinhua) -- Tres días después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, hiciese unas declaraciones sobre las islas Diaoyu en Tokio, China realizó el lunes una nueva ronda de sus patrullas regulares en las aguas territoriales del citado archipiélago, mostrando al mundo su firme voluntad y su determinación para proteger su soberanía nacional.
Durante su primera visita a Asia-Pacífico como jefe de la Defensa, el exgeneral de cuatro estrellas del Cuerpo de Marines de EEUU dijo el viernes que el tratado de defensa mutua entre su país y Japón es de aplicación para las islas Diaoyu, unas declaraciones criticadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Washington ha utilizado desde hace mucho tiempo las islas Diaoyu como piedra angular de un "equilibrio extraterritorial", esto es, manipulando a Japón al tiempo que presiona a China en Asia Oriental, en especial bajo la Administración del expresidente Barack Obama, quien impulsó con entusiasmo una estrategia de "pivote hacia Asia" durante los últimos ocho a?os.
Sin embargo, la declinante credibilidad de EEUU en Asia Oriental, así como las crecientes tensiones en la región, deberían dejar claro al nuevo presidente, Donald Trump, que la estrategia de su predecesor es un negocio sin ganadores y que entrometerse en las aguas que rodean a islas inhabitadas por el denominado "equilibrio extraterritorial" nunca compensará.
Por una parte, interferir con el asunto de las islas Diaoyu solo provoca a China, ya que Beijing ha dejado bien claro que no hay espacio para negociar sobre sus intereses principales.
La isla Diaoyu y sus islas adyacentes han sido parte inherente del territorio chino desde tiempos inmemoriales, lo cual resulta un hecho histórico inmutable, y el gobierno chino ha advertido repetidamente de que los asuntos territoriales forman parte de sus intereses principales.
Si las lecciones aprendidas por la Administración Obama en cuanto a cómo tratar con China son de alguna ayuda para Trump, el primer punto, y más importante, debería ser deshacerse de la mentalidad de suma-cero, especialmente en lo referente a las islas Diaoyu.
Por otra parte, entrometiéndose en el asunto de las islas Diaoyu, Washington está arriesgándose a convertir las islas en un polvorín, complicando el tema y trayendo inestabilidad a la región.
La interferencia en los intereses principales de los socios definitivamente hace da?o a las relaciones. El instinto empresarial de Trump debería ayudarle a darse cuenta del simple hecho de que la rivalidad entre socios da?a los negocios.
El y los miembros de su gabinete deberían pensar a fondo sobre el asunto de las islas Diaoyu y distanciarse del enfoque y la postura de Obama sobre el tema.