El consumo de carbón en Beijing ha bajado un 57 por ciento en los tres a?os pasados con los esfuerzos de la ciudad por controlar el esmog, según el organismo municipal de supervisión ambiental.
Las estadísticas divulgadas hoy martes por el departamento municipal de protección ambiental muestran que Beijing quemó menos de 10 millones de toneladas de carbón en 2016, frente a 23 millones en 2013.
Las emisiones procedentes del carbón son citadas como uno de los motivos de la alta concentración de partículas tóxicas respirables, conocidas como PM2,5, causantes del esmog.
Los 21 millones de residentes en Beijing solían depender mucho del carbón para la electricidad y la calefacción en invierno. En todo el país, el carbón sigue siendo la primera fuente de energía.
El funcionario del departamento municipal de protección ambiental Li Kunsheng se?aló que los distritos urbanos de la capital han eliminado por completo los hornos de combustión de carbón utilizados para la calefacción. El a?o pasado, la ciudad ordenó la retirada de 424.000 vehículos viejos de las carreteras y el cierre de 335 fábricas contaminantes. A más de 4.000 compa?ías se les pidió que reorganizasen sus operaciones de producción para cumplir con los estándares ambientales.
Beijing ha sufrido frecuentes episodios de esmog durante el invierno en los últimos a?os, que han desencadenado la preocupación de los ciudadanos. Las estadísticas gubernamentales muestran caídas constantes en el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno, las PM10, e incluso las PM2,5, pero no son suficientes para acabar definitivamente con el esmog.
La urbe ha estado envuelta por el denso esmog desde el inicio de 2017, el cual se prevé que no se dispersará hasta el 7 de enero.