La secretaria del Interior de Reino Unido, Theresa May, siguió siendo hoy la favorita para reemplazar al primer ministro David Cameron luego de que uno de los cinco contendientes por la dirigencia conservadora británica fue eliminado y de que otro más se retiró horas después.
En una votación de los parlamentarios conservadores, el ex secretario de Defensa Liam Fox recibió el menor número de votos, 16, en comparación con May, quien ganó el apoyo de 165 legisladores. Fox fue eliminado de inmediato de la contienda.
Apenas dos horas después de que terminó la votación de los parlamentarios conservadores en Westminster, la persona que quedó en cuarto lugar, el secretario de Trabajo y Pensiones Stephen Crabb, quien obtuvo 34 votos, anunció que se retiraría y apoyaría a May.
De los 330 parlamentarios conservadores en la Cámara de los Comunes todos votaron, excepto el primer ministro, cuya dimisión después del referendo sobre la permanencia en la Unión Europea desencadenó la contienda.
El resultado hace casi seguro que May, simpatizante de la permanencia en la Unión Europea durante el referendo, sea uno de los dos candidatos que llegue a la etapa final en la que miles de miembros del partido de todo el país decidirán quién ocupará el número 10 de Downing Street.
Andrea Leadsom, ministra de Energía y Cambio Climático simpatizante de la salida de la Unión Europea, quedó en segundo lugar con 66 votos, seguida del secretario de Justicia, Michael Gove, quien ganó 48 votos.
Una segunda votación que se realizará el jueves decidirá cuáles serán los dos aspirantes que serán sometidos a una votación nacional de todos los integrantes del Partido Conservador.
May tiene prácticamente garantizado un lugar, lo que significa que en la votación del jueves en realidad se decidirá si el otro contendiente será Leadsom o Gove.
Gove ha sido acusado de traidor por muchos miembros del partido después de decidir competir, a sabiendas de que el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, ya tenía en la mira mudarse al número 10 de Downing Street.
Los dos hombres se encontraban al frente de la campa?a para la salida de la Unión Europea. Gove enfrenta el castigo de algunos legisladores por la forma en que presuntamente "apu?aló por la espalda a Boris".
Johnson consternó al país con un discurso en el que dijo que no competiría por la dirigencia.
El resultado de la elección entre los dos candidatos finales será anunciado a inicios de septiembre.
Mientras los parlamentarios están ocupados en Westminster intentando elegir al próximo primer ministro se realizan conversaciones a puerta cerrada sobre la disputa interna en el principal partido opositor, el Partido Laborista.
El líder sindical de lenguaje duro, Len McCluskey de Liverpool, está intentando preparar una paz entre el líder del partido aislado Jeremy Corbyn y la vasta mayoría de sus propios parlamentarios que lo han repudiado.
McCluskey, del mayor sindicato de Reino Unido, Unite, conversó por separado con Corbyn, así como con el líder adjunto del partido, Tom Watson.
Mantenido a flote por el masivo apoyo de las bases, Corbyn se ha negado rotundamente a dimitir y es probable que su dirigencia sea desafiada en los próximos días si insiste en aferrarse a ella.
Y mientras los políticos están ocupados con sus desdichas en Westminster, el gobernador del Banco de Inglaterra disparó un misil que envió a la libra esterlina a su menor nivel frente al dólar en los últimos 30 a?os.
Mark Carney emitió un mensaje para tranquilizar a la ciudad en el sentido de que se están tomando medidas para minimizar el efecto de la votación a favor de la salida de la Unión Europea.
Pero la mayoría de los comentarios giraron en torno a la parte negativa de su discurso como "se ha empezado a cristalizar la evidencia de algunos riesgos de la votación a favor de la salida" y "el panorama actual de la estabilidad financiera de Reino Unido es desafiante".
El anuncio importante había sido que el Banco de Inglaterra tomó medidas hoy para garantizar que los bancos británicos puedan seguir prestando tras la salida del bloque.
Carney dijo que el banco reducirá el capital que los bancos deben mantener en la reserva, con lo que se liberarán otros 195.000 millones de libras para préstamos.
La disputa política podría pasar a segundo plano el miércoles cuando los legisladores estudien el muy esperado Informe Chilcot sobre la participación de Reino Unido en la Guerra de Irak de 2003.