Las relaciones entre China y Filipinas, antes de su actual deterioro, eran fructíferas para ambas sociedades, dijo el empresario filipino de origen chino Joson Shi-Nai Kang, quien criticó la política de Manila con respecto al Mar Meridional de China, aunque se mostró optimista ante un eventual encarrilamiento de los lazos.
Kang, que concedió recientemente una entrevista a Xinhua, es presidente de la Asociación de Asia-Pacífico para la Comunicación Económica y Cultural, organización no gubernamental fundada por responsables empresariales y conocidas elites de los países de la región.
A su juicio, la reclamación de la soberanía sobre la isla Huangyan efectuada por la administración del presidente filipino Benigno Aquino III, así como su acción unilateral de llevar el asunto ante el tribunal de arbitraje de La Haya, ha perjudicado gravemente los lazos de Manila con Beijing, los intereses nacionales filipinos y la vida de sus ciudadanos.
"Es normal que los dos países tengan diferencias. La clave es gestionar con eficacia las disputas, estimar los mecanismos de diálogo existentes e intentar encontrar, a través de la cooperación, una solución constructiva", subrayó.
Los pescadores chinos y filipinos, recordó, mantenían una relación de amistad antes del deterioro de la disputa sobre el Mar Meridional de China.
Podían pescar libremente en las aguas ahora disputadas y los pescadores chinos compraban lo que sus pares filipinos pescaban a precios favorables. Cuando las inclemencias meteorológicas amenazaban la pesca, unos y otros incluso compartían refugio en la misma laguna.
"?Acaso no es buena esa coexistencia pacífica?", se preguntó Kang, para quien el empeoramiento de las relaciones bilaterales no sólo ha afectado al bienestar de los pescadores.
Las principales exportaciones de fruta de Filipinas a China han perdido sus condiciones ventajosas y pocos turistas chinos visitan el archipiélago, lo que ha da?ado la economía filipina y a su gente, explicó.
Al referirse al arbitraje pendiente, Kang se?aló que no ve ningún beneficio para Filipinas y calificó el arbitraje de "ábaco político".
"La ambición de Aquino III y la conspiración de los estadounidenses están detrás de este ábaco, pero cualquier persona inteligente se percata de sus deficiencias", agregó.
En opinión de Kang, es la estrategia norteamericana de reequilibrio en Asia-Pacífico la que aviva la ambición de Filipinas en el Mar Meridional de China. "Cuando la mayoría de los países del Sudeste Asiático muestran una postura razonable (ante el incentivo de EEUU), Aquino III se pone del lado de EEUU e intenta ser su peón", dijo.
Sin embargo, Kang indicó que los canales de diálogo entre China y Filipinas aún existen, a?adiendo que la Declaración de Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China, firmada por China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, siglas en inglés) en 2002, ha creado las condiciones para la solución pacífica de las disputas en el referido mar.
"Para solucionar de manera pacífica las disputas soberanas, ambas partes tienen que sentarse a negociar. El diálogo siempre es la vía más efectiva para resolver los conflictos", destacó Kang.
Pese a todo, Kang aún se muestra optimista sobre el futuro, al considerar que el presiente filipino entrante, Rodrigo Duterte, sabe perfectamente la importancia de las relaciones Filipinas-China y la urgencia de regresar dichas relaciones al camino correcto.
"La sustitución de la dirección filipina y el hábil cambio del sentido diplomático del país envían se?ales de mejora y reconciliación de las relaciones chino-filipinas", apuntó Kang.
"Somos chinos con residencia permanente en Filipinas que tenemos un gran entendimiento de la cultura local y del propio Duterte. Al referirse a las futuras relaciones bilaterales, en nuestra opinión, debe haber una mayor comunicación y menos provocaciones, más opiniones constructivas y menos alborotadores", concluyó el líder empresarial.