LA HABANA, 22 mar (Xinhua) -- El proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos es un hecho irreversible, así lo confirmó el dilatado apretón de manos entre el presidente cubano Raúl Castro y su par norteamericano Barack Obama, este martes.
Antes de partir rumbo a Argentina y sin ofrecer declaraciones a la prensa, el jefe de Estado visitante dio el último adiós a Cuba desde el Aeropuerto Internacional José Martí de esta capital, en gesto de agradecimiento a la hospitalidad demostrada hacia él y su familia por parte de las autoridades y el pueblo de la isla.
Minutos antes, más de 50.000 espectadores saludaron al mandatario, quien junto a su homólogo anfitrión disfrutó parte del juego de béisbol amistoso celebrado en el estadio Latinoamericano de La Habana entre la selección nacional y el Tampa Bay Rays de las Grandes Ligas norteamericanas.
Más temprano, Obama se dirigió al pueblo cubano y compartió con los millones de habitantes de esta nación que escucharon en vivo su visión de futuro para la isla.
Un mensaje de reconciliación y respeto a la autodeterminación de Cuba fue transmitido por el mandatario estadounidense en esa ocasión.
"Yo he venido acá para demostrarle al presidente Raúl Castro y al pueblo cubano que no debe temer una amenaza de nuestro país (...) Los Estados Unidos no tienen la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba, los cambios dependen de pueblo cubano", dijo.
También aprovechó la oportunidad para abogar por el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington en 1961, al tiempo que calificó a dicha política de una "carga obsoleta".
Además, puntualizó sus criterios sobre aspectos que marcan profundas diferencias entre ambos países, como es el caso de la democracia y los derechos humanos, aunque insistió en que Washington no pretende interferir en los asuntos internos de Cuba.
La víspera, durante su segundo día de visita en la isla, el dignatario sostuvo una reunión oficial con Castro en el Palacio de la Revolución, sede del gobierno local, donde intercambiaron comentarios sobre el avance del proceso de normalización de los vínculos bilaterales.
En conferencia de prensa conjunta celebrada al concluir dicho encuentro, ambos presidentes reiteraron su disposición de continuar el curso anunciado el 17 de diciembre de 2014, cuando informaron sobre el restablecimiento de los vínculos diplomáticos entre Washington y La Habana.
Mientras Castro propuso a la Casa Blanca una convivencia civilizada que acepte y respete las diferencias existentes entre ambos proyectos políticos, Obama reconoció que se trata de un "nuevo día" para los dos pueblos.
Sin desistir a sus reclamos de mayores libertades políticas en la nación caribe?a, el distinguido visitante indicó que su administración seguirá avanzando para ampliar las oportunidades de cooperación con Cuba, aunque para ello resulte necesario levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por su gobierno unilateralmente a la Isla en 1961.
En el marco de esta trascendental visita, el jefe de Estado también participó en un foro de negocios entre empresarios norteamericanos y representantes del sector estatal y privado cubano.
En ese contexto, reafirmó la voluntad de su gobierno de contribuir al desarrollo del emergente sector privado en la isla y la pretensión de Estados Unidos de convertirse en uno de los principales socios comerciales de Cuba.
También se refirió a algunas empresas estadounidenses que han logrado concretar acuerdos en la nación caribe?a, entre ellas Cleber LLC, la cadena hotelera Starwood, las de reservas de hotelería y alquiler de viviendas particulares en línea, Priceline Group y AirBnB, respectivamente, así como las de telecomunicaciones Verizon Communications Inc. y Sprint.
En los tres días que estuvo de visita oficial Obama en Cuba, además rindió tributo al prócer independentista José Martí, y recorrió La Habana Vieja, donde apreció los valores arquitectónicos de esta parte de la capital, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1982.
El mandatario norteamericano llegó a La Habana el domingo 20 de marzo en horas de la tarde y se convirtió en el primer presidente estadounidense en visitar la isla en los últimos 88 a?os.
Este es un hecho considerado histórico por autoridades de ambos países, que signará el rumbo a seguir para mejorar las relaciones entre los dos países, pese a las diferencias y las confrontaciones pasadas.