Las perspectivas globales son sombrías, el estancamiento se ha asentado y en el ojo de la tormenta se encuentra China.
Alguna vez líder del crecimiento global, China ha sido puesta cada vez bajo un mayor escrutinio después de que los mercados domésticos experimentaron fluctuaciones severas. Sin embargo, a pesar de las proclamaciones de lo contrario, no se materializó ningún desplome y la economía ha mantenido impulso.
Sin embargo, esto ha tenido poco efecto para frenar la tormenta desatada por los detractores, quienes creen que tienen razones más que suficientes para apoyar sus ideas: el derroche del crédito local, la capacidad excesiva, la contracción de la actividad manufacturera, la caída del comercio exterior y la salida de capitales.
Los críticos de China han exagerado estas fallas en todo el mundo, sobre todo cuando la legislatura nacional de China se reúne este mes para preparar un proyecto para el desarrollo económico y social de los cinco a?os próximos.
Sin embargo, el ánimo no es tan pesimista.
El primer ministro chino, Li Keqiang, en su informe sobre la labor del gobierno presentado el sábado, describió a la economía de China como "flexible" y "tenaz". Después de todo, el país tiene reservas de divisas enormes, bajo déficit presupuestario y un gran potencial de urbanización.
El ministro de Hacienda, Lou Jiwei, también se mostró confiado y dijo que China tiene "instrumentos de política suficientes y un gran espacio para la reforma" para sostener la expansión mediana-alta y lograr este a?o un crecimiento superior a 6,5 por ciento.
?Puede China hacer un buen uso de estos instrumentos?
Las dificultades económicas de China no son más graves que las de otras economías. ?Entonces por qué todo este pesimismo?
La conclusión es que muchas economías tienen una desconfianza prejuiciada en la habilidad de China para enfrentar las dificultades económicas.
Cuando el presidente chino, Xi Jinping, emprendió una campa?a anticorrupción hace tres a?os, hubo especulaciones de que la amplia acción socavaría el crecimiento económico. La lógica respondía a la creencia de que el secreto para hacer negocios en China eran las "políticas preferenciales".
Pero en realidad la campa?a puede ser una ilustración, y ayudar a comprender, la filosofía de gobernación económica de Xi, que consiste en definir claramente las funciones del mercado y las del gobierno.
China desea aprender de sus homólogos occidentales, en especial cuando se trata de resolver problemas complicados, tales como la "trampa del ingreso medio", en los cinco a?os próximos.
En lugar de emprender una ruta insostenible de emisión de dinero, China seguirá una vía de reforma estructural enfocada en la oferta, que ha sido comparada vagamente con el Reaganismo de la década de los 80.
China ha intensificado los esfuerzos para crear un ambiente abierto y justo para las ideas innovadoras, lo que ayudará a sectores poco efectivos.
Para lograrlo, los estadistas deben avanzar por una delgada línea entre prevenir riesgos sistemáticos y reducir la capacidad excesiva, al mismo tiempo que se evita una burbuja crediticia.
China prometió crear 10 millones de empleos más y proporcionará asistencia financiera a los trabajadores que pierdan sus empleos debido a la reestructuración.
El ajuste es "difícil, pero correcto", dijo Axel Weber, presidente de UBS Group AG. La verdadera prueba consiste en la determinación de China para impulsar la reforma en medio de la recesión global.
China podría estar enfrentando un camino sinuoso, pero ha dado el primer paso en la dirección correcta.