Un joven emprendedor espa?ol vende almohadillas sanitarias en China
Chongqing, 11/06/2015(El Pueblo en Línea)-“Hoy acabo de saber qué significa la palabra china dayima. Es muy importante conocerla para operar mi negocio.” De 1.83 metro de alto y cara delgada, este joven de 27 a?os de edad, que habló sin prejuicios sobre la menstruación al Diario de la Tarde de Chongqing.
Se llama Martín Daniel Prado García y viene de Madrid. Su proyecto es fundar un nuevo negocio en Chongqing que venda almohadillas sanitarias femeninas,ocupación que sonrojaría a cualquier hombre chino.
Es muy difícil encontrar socios y proyectos
“La educación espa?ola pone énfasis en formar empleados sobresalientes, pero yo quiero ser directivo". La experiencia y madurez del joven Martin contrasta con la idea general del carácter generoso y simpático que los chinos piensan que caracterizan a los occidentales. Su único objetivo en Chongqing es lograr iniciar su propia empresa.
Martín opina que el mercado europeo está tan maduro que las asignaturas de comercio recibidas por él en la Universidad de Brighton, en Reino Unido, no le funcionaban. A los 21 a?os de edad, después de graduarse,se fue a Asia. Su primer país de acogida fue Japón.“Tras vivir en Japón por dos a?os,comprendí que no había mucha diferencia entre Japón y Europa.” y se dió cuenta de que las oportunidades están en los países y ciudades emergentes. Por ello vino a China. Después de conocer Pekín, Shanghai, Guangzhou, Xian y Lanzhou, decidió residir en Chongqing.
“Mi maestro en comercio me ense?ó que para iniciar una empresa en el extranjero lo mejor es asociarte a un local que pueda ofrecer recursos regionales y ayudarte a entrar en el círculo del lugar.”afirma Martín. Al principio, trabajó como DJ, un empleo que le permitió tener acceso a gente de diferentes niveles. "Sin embargo, muchas personas le recomendaron trabajos como guía turístico o intermediario comercial, que tienen mejor perfil", confiesa Martín. Los socios que él buscaba tenían que ser emprendedores de su misma generación y tener el mismo interés comercial para que la comunicación entre ellos fuera relativamente fácil. Después de conocer mucha gente, encontró en Chongqing a Liu Yi y Wang Lei.
Aparte de los socios, lo más difícil es establecer la línea comercial del del proyecto. Martín tuvo experiencia de comercializar el vino tinto espa?ol, pero el mercado chino del vino extranjero se saturó con miles de ofertas provenientes de Francia, Chile y Australia. Durante aquel periodo de disímiles pruebas, unos amigos chinos le pidieron las almohadillas sanitarias que se fabrican en Espa?a. “Con más y más personas interesados en este producto, me di cuenta de que podía ser una buena oportunidad de negocio.”se?ala Martín. Tal vez porque los comerciantes chinos tienen prejuicios y no les gusta hablar sobre este tipo de productos, ignoraron la posibilidad de importarlo. Además, como es un producto desechable y de uso cotidiano, es ideal para comenzar una nueva empresa dentro del gran mercado chino.
Enviar productos a casa ha causado sensación
“He conversado con los supermercados ya establecidos como Carrefour, pero como empresa emergente no podemos asumir los honorarios que equivalen a decenas de miles de yuanes.”explica Martín. "Entonces elegí un canal en línea para establecer nuestra propia venta y por otro lado, establecimos alianzas con los comerciantes de Wechat. Tras mes y medio de apertura, hemos logrado vender cerca de 100 cajas de almohadillas sanitarias.“Para comenzar no está mal", se ufana Martín.
Los productos que Martín vende no son baratos. El precio de un paquete de 12a 14 piezas , oscila entre los 40 y 50 yuanes.“Los clientes que compran almohadillas sanitarias importadas no priorizan el precio sino la calidad, asegura Martín.
Tanto Martín como sus socios chinos creen que su mayor competitividad está en el propio Martín como valor agregado. Liu Yi, socio de Martín,afirma medio en broma: "Contamos con el único empresario madrile?o en Chongqing."
Martín se ha convertido en el relacionista público de la empresa e incluso ha comenzado un servicio de entrega a domicilio, lo cual permite que Martín pueda entregar en persona el producto a sus clientes chinos cuando la compra supere las dos cajas de almohadillas sanitarias. La primera vez que se implementó este servicio fue para una se?ora que trabaja en una empresa en Aoyuan y la entrega produjo una gran agitación entre sus colegas.Poco tiempo después, a través de Wechat, unas diez personas consultaron a Martín sobre las almohadillas sanitarias y tres de ellas concretaron un pedido. "Ahora mi cuenta de Wechat está llena de hermosas chicas de Chongqing", dice Martín orgulloso.
Divulgado la cultura espa?ola
Martín refiere que para muchos chinos es muy raro que un hombre venda almohadillas sanitarias. Pero a los europeos les parece algo normal. él mismo tampoco tiene ningún prejuicio al respecto.
"Los europeos dividen claramente su trabajo de su vida personal. Incluso se puede ser socio en los negocio y no ser amigos en la vida cotidiana. Pero los chinos suelen vincular estos dos aspectos. Para hacer negocios con otros, hay que ser primero sus amigos y mantener contactos personales", deduce Martín. El joven empresario piensa que ambas formas son válidas. Y ya que ha venido a China a emprender su negocio, debe respetar las tradiciones locales, como el sistema y códigos de relaciones interpesonales y el "Mianzi". Todo esto a Martín le parece muy normal.
"Si quieres venderle las almohadillas sanitarias a los europeos, tienes que subrayar las excelencias del producto. Mientras que si tus clientes son chinos, necesitas mostrarles que el producto les permite tener una forma de vida más avanzada, superior", explica Martín.
Martín considera que no se va a quedar solamente vendiedo almohadillas sanitarias. Su negocio siempre se va a desarrollar en torno a los productos espa?oles, por eso quiere lograr concretar proyectos culturales incluyendo el toreo y el flamenco. En este momento, Martín trabaja en un proyecto relacionado con Don Quijote.