SANTIAGO, 13 oct (Xinhua) -- Los países de América Latina y el Caribe deberían invertir 6,2 por ciento de su producto interno bruto (PIB) -unos 320.000 millones de dólares- para satisfacer sus demandas de infraestructura en el período 2012-2020.
Así lo sugirió hoy la Comisión Económica para la región (CEPAL) en una investigación de la División de Recursos Naturales e Infraestructura, con una nueva base de datos con la inversión en infraestructura económica de las naciones desde 1980.
Este estudio ofrece datos de inversiones en infraestructura económica en la región entre los a?os 1980-2012, que incluye cifras por países, según su origen público o privado, y actualiza los requerimientos de inversión anual en transporte, energía, telecomunicaciones y agua y saneamiento.
"La cifra de 6,2 por ciento del PIB proviene de aplicar la trayectoria de la inversión a las necesidades esperadas de infraestructura, y asume una repetición del patrón histórico de inversiones de los países", destacó el documento.
Agregó que el promedio de 2,7 por ciento del PIB de la inversión en infraestructura, observada en los últimos diez a?os, muestra que la región no está invirtiendo lo suficiente.
Según la CEPAL, "una adecuada respuesta a los requerimientos en este campo es clave para la inserción regional en la economía global en el siglo XXI y para la calidad de vida de sus habitantes".
El sector transporte concentra los mayores montos de inversión desde 2005, seguido por el de energía, telecomunicaciones y agua y saneamiento. En 2012 (último a?o disponible), la inversión promedio regional en los cuatro sectores fue de 3,49 por ciento del PIB.
Ese a?o, Costa Rica fue el país que más invirtió en infraestructura (en total 5,47 por ciento del PIB de inversión pública y privada), seguido por Uruguay (5,08 por ciento), Nicaragua (4,93 por ciento), Bolivia (4,47 por ciento), Perú (4,46 por ciento) y Brasil (4,10 por ciento).
La CEPAL insiste en que las inversiones en obras de infraestructura "contribuyen a incrementar la cobertura y calidad de los servicios públicos (por ejemplo, salud, educación, esparcimiento) y reducen los costos asociados a la movilidad y la logística".
Con ello, se mejora a su vez el acceso a los mercados de bienes, servicios, de trabajo y financieros, otorgando un entorno propicio para aumentar el bienestar general de la población.
El organismo de Naciones Unidas reitera que "es necesario revisar el patrón de decisiones de inversión para orientarlo hacia nuevas infraestructuras que acompa?en el camino a la igualdad, con sostenibilidad e inclusión".