Por Wu Yuehe
Beijing, 22/05/2019 (El Pueblo en Línea) - ?Qué sucederá si un conductor pone marcha atrás y aprieta el acelerador hasta el fondo en una calle concurrida? La respuesta es obvia: una serie de accidentes y pérdidas, creando una reacción en cadena.
?Qué pasa si eso le sucede a la cadena industrial global, o al desarrollo de las relaciones internacionales? Ahora, Estados Unidos está convirtiendo esta hipotético escenario en una realidad.
La decisión descarriada del gobierno de Estados Unidos sobre su política de comercio exterior se considera ridícula para los medios de comunicación mundiales. Por ejemplo, un medio de comunicación europeo ha advertido a Washington que no tome a China como si fuera el lejano oeste.
Aunque Estados Unidos reclama una y otra vez que es el ganador en la guerra comercial, la comunidad internacional no piensa de esa manera porque los actos arbitrarios de Washington son estúpidos y han golpeado despiadadamente a la agricultura estadounidense y perjudicado los intereses de las empresas y consumidores de Estados Unidos. Además, dichos actos también da?aron gravemente la cadena industrial mundial que alguna una vez benefició en gran medida a los propios Estados Unidos.
Al provocar las disputas comerciales contra China, los Estados Unidos han empeorado su desempe?o agrícola, y éste es un asunto que recibe gran atención.
Con la caída del precio de los productos a granel, los agricultores estadounidenses han visto reducirse a la mitad sus ingresos de los últimos seis a?os. Las ventas en declive de sus productos agropecuarios, que -en gran medida- se exportaron hacia China, también a?aden deterioro al nuevo desempe?o. El ingreso neto de los agricultores estadounidenses, que se hundió en un 16 por ciento el a?o pasado, regresó al mismo nivel que hace 10 a?os cuando estalló la crisis financiera.
Ahora, con Estados Unidos subiendo el tono en la fricción comercial, los agricultores estadounidenses ven deteriorarse su situación.
En una carta emitida por la American Farm Bureau Federation el 15 de mayo, la organización expresó que las exportaciones perdidas estaban exacerbando la carga de una industria que ya estaba inmersa en tiempos difíciles y pidió el fin de la guerra comercial.
Las estadísticas económicas del segundo trimestre de los Estados Unidos anunciaron riesgos. De acuerdo al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, los índices de consumo y fabricación de Estados Unidos experimentaron un deslizamiento en abril debido a la actual tensión comercial, la desaceleración económica mundial y el “fadeaway” de la reforma tributaria del 2017.
La junta de gobernadores del sistema de la Reserva Federal también publicó un conjunto de datos, entre los que se afirma que la producción industrial de los Estados Unidos cayó en 0,5 por ciento entre marzo y abril, y que en el primer trimestre también disminuyó en 2,1 por ciento a una tasa anualizada.
Sin embargo, los responsables de la toma de decisiones en Estados Unidos hacen la vista gorda ante la grave situación económica, y pretenden desconocer la capacidad que ha demostrado la globalización económica para remodelar el mundo. Asimismo, ignoran la significación práctica y los impactos de largo alcance de la división internacional del trabajo. Y lo que están haciendo es simplemente tratar de forzar la vuelta a la fabricación en Estados Unidos, con formas bárbaras.
Pero, ?funcionará este enfoque?
Un artículo publicado por el periódico alemán “Süddeutsche Zeitung” puede responder la pregunta. Ellos consideran que este atraso no ayudará, especialmente a Estados Unidos.
A comienzos del siglo pasado, Estados Unidos eliminó muchas de sus industrias tradicionales y se enfocó más en los sectores de los servicios y las finanzas, situación que no sólo redundó en una pérdida de empleos fabriles, sino también en las habilidades relacionadas.
Para producir los bienes que importar de otros países, Estados Unidos primero tiene que recuperar una fuerza de trabajo gigante que sea capaz de hacerlo. Sin embargo, actualmente faltan recursos humanos en muchas regiones del país.
Además, como afirmaron los observadores internacionales, la mayoría de los consumidores estadounidenses no están dispuestos a pagar 2.000 dólares por un teléfono inteligente "hecho en Estados Unidos" que antes podrían obtener con la mitad de esa cifra.
Los responsables de la toma de decisiones de Estados Unidos siempre estarán ansiosos porque quieren pero no pueden progresar. Al ver cada vez más países que unen sus manos en pro del desarrollo común a través de ventajas complementarias y división de mano de obra, temen que la "grandeza" de Estados Unidos podría no ser la que brilla en el mundo de hoy.
Incluso se enfadan ante los hechos de que otros países están constantemente haciendo innovaciones notables. El Departamento de Comercio de Estados Unidos recientemente colocó al gigante tecnológico chino Huawei y decenas de afiliados en su llamada "lista de entidades", prohibiéndoles comprar piezas y componentes de empresas estadounidenses sin la aprobación del gobierno de Estados Unidos. Además, el gobierno de Estados Unidos también ha adoptado una "política de presunción de denegación" al revisar las solicitudes para dicha aprobación.
Al interferir en la cadena industrial global, desarrollada naturalmente por supremacía, Estados Unidos ha adoptado el método más bárbaro jamás visto en la historia de las relaciones económicas y comerciales internacionales modernas. Ridículo y hegemónico.
"América está siendo estafada", "Somos una nación deudora, y tenemos que gravar, tenemos que pagar aranceles, tenemos que proteger a este país". Son voces desde Estados Unidos que sólo reflejan opiniones superficiales, sin razón y amoralidad.
Estas voces suscitaron una fuerte reacción de los medios de comunicación internacionales. Un medio de comunicación alemán aseguró que la división internacional del trabajo en el mundo actual ha creado cientos de millones de puestos en los países emergentes industrializados, que no sólo promovieron el desarrollo social de estos países, sino que también mejoraron el sustento de los países desarrollados reduciendo los precios de los productos básicos.
El hecho de que Estados Unidos sea un deudor no guarda relación alguna con otros países. Analistas internacionales han se?alado que China, como una importante nación acreedora de Estados Unidos, es el patrocinador más importante de este último, y que la acusación de Estados Unidos sobre China es totalmente irracional.
La guerra comercial no es un juego. Interrumpe la producción mundial y la cadena de suministro, y luego obstaculiza aún más el desarrollo de la economía mundial.
La mayoría de los economistas encuestados por Reuters consideran que Estados Unidos está adquiriendo mayores posibilidades de recesión debido a su fricción comercial con China. Y la probabilidad de que esto suceda en los próximos dos a?os es de un 40 por ciento, un 5 porcentajes más altos que hace un mes.
Todavía persiste en la mente de muchos cómo la recesión estadounidense agravó la economía global hace 10 a?os, lo que hace que el mundo se pregunte qué tan lejos irá Washington en su equivocado camino y con su actual vara de aranceles.
La cooperación requiere sinceridad por ambas partes, mientras que la confrontación sólo necesita una provocación unilateral. Es obvio para todos que China no teme a las amenazas y está dispuesta a afrontar los desafíos. Estados Unidos, aunque actuando arbitrariamente en la actualidad, un día agotará su energía.
“Estados Unidos ha sobrestimado su capacidad para que los chinos acepten su voluntad, y subestimó la capacidad china de golpear en lugares que lastiman”, indicó Ryan Hass, sinólogo de la Brookings Institution.
La historia siempre avanza y nunca da marcha atrás. Aquellos que deseen revertir la tendencia de la historia tan sólo conseguirán beneficios a corto plazo, y al hacerlo, también están empa?ando su autodenominada "grandeza".
La globalización económica es una tendencia irreversible de este tiempo, y el mundo es una comunidad de futuro compartido en el que los intereses de los países están estrechamente tejidos. Bajo la guía del desarrollo de la civilización humana, las relaciones internacionales nunca regresarán a la era de la barbarie. El paso del tiempo lo probará.