Barcelona, 08/01/2019(El Pueblo en Línea) - Lleva a sus espaldas más de 500 bandas sonoras compuestas. Parecía que nunca iba a retirarse de la que ha sido siempre su pasión: la música. Pero el día ha llegado: Ennio Morricone se jubila. Ganador de un Oscar, ha puesto sintonía a filmes de Warren Beatty, Brian de Palma u Oliver Stone. Pasadas las Navidades, cuelga su incansable batuta, según La Vanguardia.
No obstante, no es un adiós definitivo a la que ha sido su inspiración durante tantos a?os. Pese anunciar que no compondrá más, se ha embarcado a sus 90 a?os en un viaje de despedida, en el que sus seguidores podrán escucharle en Rusia, Alemania, Polonia, República Checa y, como no, Roma.
Morricone siempre fue alérgico a la fama. Se negó a mudarse a Hollywood, pese a que la ciudad de las estrellas fuera donde más sonaban sus composiciones. Tampoco aprendió inglés, idioma que siempre se negó a hablar. Y en más de una entrevista ha reconocido no ser muy amigo de los aplausos, pese a que ellos hayan encumbrado su carrera. Por no decir que la prensa tampoco era su amiga.
Pero, pese a su esquivo trato, todo lo que no daba en persona, fruto de su carácter, lo daba en su trabajo, con una libertad creativa abrumadora. Por ello, y pese a sus manías, siempre es bien recordado allá donde vaya. Y es que, pese a todo, se hace de querer.
No le gusta que le describan como compositor de música de películas. “Simplemente soy un compositor, a secas”, remarca una y otra vez. También, reconoce que le agrada que le llamen “maestro”, pues es un elogio con el que reconoce sentirse identificado, falsa modestia aparte. Probablemente, el adjetivo le recuerde a los grandes Mozart, Bach y Vivaldi, quienes le inspiraron y le animaron a embarcarse en esta aventura.