Yang Cuihong expone en sunuevo apartamento una colección de fotos sobre su vida. (Foto: Yang Jun)
Los funcionarios públicos también mitigan el encontronazo de dialectos. Los residentes reubicados en distintos asentamientos a menudo no se entienden bien entre sí. El gobierno organiza eventos tales como competencias de botes del dragón y concursos de canto para alentar la pertenenciaa la comunidad.
El gobierno también está considerando un plan para proporcionar a los residentes espacios para cultivar, para que no se sientan totalmente desarraigados de su identidad agraria.
“A pesar de los esfuerzos del gobierno, existen retos de subsistencia”, admitió Zhu Yongxue, quien ha servido como líder en Yikoudao durante casi tres décadas.
"Encontrar trabajo en Tongren es aún difícil. Aunque es una ciudad, es peque?a", a?ade. "La industria está todavía en fase de desarrollo. Y la gente de los pueblos todavía se están ajustando a la nueva dinámica. Hay un montón de nuevas normas que ellos tienen que aprender y seguir".
Muchos ni?os son reubicados y tienen que acostumbrarse a grados avanzados. Algunas materias son especialmente difíciles de superar como el inglés.
Sin embargo, Zhu y sus colegas han convencido a la mayoría de las personas de mediana edad para que se reubiquen.
"Clasifico como uno de los más jóvenes de la aldea", afirma un residente de 55 a?os. "Todos los que tienen entre 20 y 40 a?os se han ido."
Deng Zaifa confirma que sus tres hermanos menores se han reubicado.
"Mis hermanos me cuentan que tienen nuevas casas", admite Deng, un agricultor de 60 a?os. "Además, ellos tienen muebles nuevos y agua corriente."
Deng dirige un restaurante para turistas en Yikoudao.
"Pensé que la agricultura daría más", acota Deng.
él posee 0,2 hectáreas de tierras que no son muy fértiles y también cría cerdos.
Deng gana entre 10.000 a 20.000 renminbien su restaurante durante la temporada alta, que va de mayo a julio.