ONU afirma que en América Latina hay mayor violencia contra las mujeres
Madrid,23/11/2017(El Pueblo en Línea)-América Latina y el Caribe es la región del mundo con mayor violencia hacia las mujeres, una situación que es más crítica en Centroamérica y México, destaca El Espectador.
De acuerdo con el informe de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el fenómeno de la agresión a mujeres persiste a pesar de la aprobación de leyes severas para frenarlo en la región.
El informe de la ONU presentado este miércoles en Panamá, destacó que América Latina y el Caribe presentan la mayor tasa del mundo de violencia sexual contra las mujeres fuera de la pareja y la segunda mayor por parte de la pareja actual o pasada.
Tres de los 10 países con las tasas más altas de violaciones de mujeres y ni?as se encuentran en el Caribe, mientras que el femicidio "está tomando una magnitud y ensa?amiento devastador en Centroamérica", donde dos de cada tres mujeres asesinadas mueren a causa de su género.
El norte de Centroamérica es considerado una de las regiones sin guerra más violentas del mundo por la presencia de pandillas y carteles del narcotráfico.
El informe constata que 24 de los 33 países de América Latina y el Caribe cuentan con leyes contra la violencia doméstica, pero solo nueve de ellos han sancionado leyes que tipifican una variada gama de expresiones de violencia contra las mujeres, tanto en el ámbito privado como público.
También destaca que 16 países han tipificado penalmente el femicidio y algunos han encuadrado en la legislación los nuevos contextos de criminalidad, como el narcotráfico y el cibercrimen, o expresiones de violencia política y el ataque con ácido.
Sin embargo, "a pesar de los valiosos avances" de los gobiernos para enfrentar la violencia contra las mujeres, "este flagelo continúa siendo una amenaza" para los derechos humanos, la salud pública y la seguridad ciudadana, indica el documento.
Para enfrentar el problema, Naciones Unidas recomienda robustecer las instituciones, dar continuidad a las políticas públicas que combatan la violencia y empoderen a la mujer y asignar mayores recursos para ponerlos en marcha.
También pide cambiar los "patrones culturales patriarcales" que, basados en tradiciones y creencias religiosas, "están fundados en las relaciones de desigualdad e inequidad entre hombres y mujeres".