XI'AN, 7 feb (Xinhua) -- Wang Yingxiang sube al tren con cuidado a las 6:00 portando cuatro pesadas teteras de agua caliente. El vapor que desprenden empa?a la ventana del viejo "tren de piel verde".
Wang se pone pronto a trabajar. Su primera tarea es escribir la información en los carteles del vagón.
Los carteles anuncian los artículos que los pasajeros están vendiendo. Mucha gente vende productos en el tren 8361, que recorre las Monta?as Qinling en la provincia noroccidental china de Shaanxi.
Lei Shunmin pagó un yuan (15 centavos de dólar) para viajar del poblado de Xiangshui al mercado de Daijiaba, a unos ocho kilómetros. Una vez encuentra su asiento, comienza a calcular cuanto dinero podrá ganar entre el tren y el mercado.
"La miel se vende por 200 yuanes y las cinco escobas por 50 yuanes", se dice.
El tren sólo tiene tres vagones y recoge pasajeros cada 10 minutos de las 12 estaciones de una de las regiones de interior más empobrecidas del noroeste de China. Para los residentes locales, el tren verde es vital, pues los comunica con sus familiares, hospitales, escuelas y mercados.
"Cuando era peque?o teníamos que partir a medianoche para llegar a la feria por la ma?ana," dijo Lei.
Los lentos trenes verdes del país como el 8361 no cuentan con aire acondicionado y siempre están llenos de pasajeros con enormes bolsas repletas de artículos. En la era moderna de los trenes de alta velocidad son un recuerdo lejano para muchos residentes urbanos. En las zonas rurales, sin embargo, constituyen el único enlace que los habitantes locales tienen con el mundo exterior y con la riqueza.
La tradición de vender productos en los trenes, que en tiempos fue una fuente principal de ingresos para mucha gente del rural, está cambiando.
Cuando Lei se baja del tren, los vagones verdes continúan su marcha hacia a un mercado mayor en el poblado de Da'an, adonde Zhu Jihong, de 28 a?os, se dirige.
Nacida en el área, Zhu tomó el tren para cambiar de vida hace 10 a?os. Nunca imaginó que la traería de vuelta.
Actualmente es vicepresidenta de una asociación de comercio electrónico creada el a?o pasado en la aldea Dayudong de Da'an. La asociación tiene como objetivo ayudar a los aldeanos a salir de la pobreza mediante la venta de productos como setas, casta?as, tocinos y pollos de corral.
El comercio electrónico fue identificado por el gobierno central chino como una manera de reducir la pobreza. Sin embargo, muchos residentes locales no saben cómo usar los ordenadores, y por eso han buscado a personas como Zhu para que les ayuden.
"Acabamos de recibir un pedido de 1.000 pollos de Beijing", indicó Zhu, que a?adió que los agricultores locales habían recibido más de 30.000 pedidos en 2016.
Más de 300 de los más de 500 hogares de Dayudong todavía viven por debajo del umbral de la pobreza, lo que significa que sobreviven con unos ingresos anuales de menos de 2.300 yuanes per cápita. El comercio electrónico ha ayudado a al menos seis familias a enriquecerse en menos de un a?o y animado a muchas más a adentrarse en la agricultura a gran escala.
"En la aldea no había una industria independiente. Los agricultores no empezaron hasta hace poco a cultivar productos a gran escala", informó a Xinhua un funcionario local.
Animado por los éxitos logrados, el gobierno local planea erradicar la pobreza en la aldea para 2018 con más apoyo fiscal, mejorando la red de energía eléctrica y modernizando los proyectos de irrigación para ayudar a que los negocios de comercio electrónico en la región aumenten.