LAUSANA, Suiza, 18 ene (Xinhua) -- El presidente chino, Xi Jinping, un ávido seguidor del fútbol que no rehuye mostrar sus habilidades con el balón, acaba de a?adir un importante capítulo a su diplomacia deportiva.
Xi visitó este miércoles la sede del Comité Olímpico Internacional (COI), enclavado en la ciudad suiza de Lasuana, y paseó por el Museo Olímpico. Se trata de la primera vez que un jefe de Estado chino hace una visita oficial a la sede del organismo deportivo.
"Es una visita realmente histórica, y también muy exitosa", comentó a la prensa el presidente del COI, Thomas Bach. "La presencia del presidente Xi muestra la excelente cooperación entre China y el COI".
Los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, cuyos preparativos marchan bien, fueron el principal foco de la reunión entre Xi y Bach.
El deporte se ha convertido en un tema recurrente en los esfuerzos diplomáticos de Xi. En 2012, cuando era vicepresidente del país, dio inicio a un partido de fútbol gaélico durante una visita al estadio Croke Park de Dublín, Irlanda. El mismo a?o, mientras visitaba Estados Unidos, presenció un partido de la NBA entre Los Angeles Lakers y los Phoenix Suns y recibió una camiseta firmada del futbolista inglés David Beckham.
Su pasión por el deporte no se ha diluido tras asumir la presidencia del país en 2013. Al a?o siguiente, el mandatario asistió a la ceremonia inaugural de las Olimpiadas de Invierno de Sochi. En 2015, puso fin a su viaje de Estado al Reino Unido con una visita a las instalaciones del Manchester City, club puntero de la Premier League.
Los observadores apuntan que el entusiasmo de Xi hacia el deporte y su participación en actividades deportivas explican bien su historia y la de China.
"Como máximo líder político del país, el interés de Xi en el deporte, en especial en los eventos populares, realmente estrecha la distancia emocional entre él y el pueblo. Muestra a la perfección su estilo accesible", comentó el sociólogo del deporte Lu Yuanzhen.
"La participación en eventos deportivos ayudó al presidente a impulsar una imagen pública amable y modesta, lo que está en línea con su enfoque abierto para la gobernanza", a?adió Lu.
La influencia del deporte en la política china no es algo nuevo.
"Uno de los casos más clásicos es el de la denominada 'diplomacia del ping-pong', que facilitó la recuperación de las relaciones chino-estadounidenses en la década de 1970", apuntó el vicepresidente del Instituto de Estudios Internacionales de China, Ruan Zongze.
"En esta nueva época de una diplomacia diversificada, se considera que el deporte facilita las cosas al mejorar la proximidad entre los países", opinó Ruan.
Xi nunca ha tratado de ocultar su vinculación personal con el fútbol. En 2011, anunció tres deseos en relación a este deporte: que China se clasifique para otro Mundial, que albergue el evento y, por último, que lo gane.
Aunque China todavía tiene pendientes estas metas (su última participación en una Copa del Mundo fue en 2002), Xi mantiene su determinación al respecto.
En febrero de 2015, el grupo central para la reforma de China, presidido por Xi, aprobó un ambicioso plan para impulsar el nivel futbolístico del país. Entre las medidas planteadas están la puesta en marcha de 50.000 escuelas de fútbol en 10 a?os, hacer obligatorio este deporte para algunos estudiantes de primaria y secundaria y separar la Asociación de Fútbol Chino de la burocracia gubernamental.
Bach ensalzó el entusiasmo general de Xi por el deporte.
"Tiene una visión clara sobre el importante rol del deporte en la sociedad y una visión clara de la importancia del deporte en la educación de los jóvenes", expuso el presidente del COI. "Esta es la razón por la que le dije que, en este sentido, es un verdadero campeón olímpico para la juventud".