El ministro de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, aseguró hoy que el principal problema que enfrenta el sistema carcelario en el país es la corrupción, al tiempo que calificó la crisis penitenciaria de "crónica y aguda".
En una entrevista concedida al diario "O Globo", De Moraes dijo que "hoy el mayor problema del sistema penitenciario en la cuestión del crimen organizado es la corrupción".
El sistema de prisiones brasile?o se encuentra en el centro de un gran debate tras registrarse más de 100 muertes en la primera semana del a?o en enfrentamientos entre facciones rivales en varias prisiones de los estados de Amazonas y Roraima, ambos en la región norte de Brasil.
De Moraes afirmó que el sistema penitenciario del país vive "una crisis crónica y aguda" desde hace "más de cien a?os", y que de vez en cuando se refleja en algún estado del país debido a que "en la última década creció el número de presos sin que hubiera inversión".
No obstante, el ministro admitió que las disputas entre las bandas rivales que controlan el tráfico de drogas en las prisiones no son el "único factor" que provocó la crisis ya que, según él, también fue ocasionada por los agentes penitenciaros corruptos que dejan entrar a las cárceles armas, celulares, bebidas y drogas, entre otros productos.
"Quien es permisivo con eso está cometiendo un crimen y debe ser apartado, pero las autoridades estatales tienen una dificultad muy grande para combatir esto", afirmó De Moares.
El pasado martes, el director del Complejo Penitenciario Anisio Jobim de Manaos (capital regional de Amazonas), José Carvalho, fue destituido de su cargo por ser sospechoso de permitir la entrada de armas, drogas y celulares dentro del centro penitenciario donde murieron 60 presos el primer fin de semana del 2017.
Tras la crisis, el gobierno de Brasil anunció inversiones en el sistema penitenciario y la construcción de más prisiones.
En la entrevista, el ministro recalcó que el gobierno se comprometió a instalar "dos escáneres" en todas las cárceles y a construir cinco prisiones federales más, con objeto de garantizar la seguridad y reducir el hacinamiento que actualmente sufren los penales.