Por Lin Boqiang, China Daily
Beijing, 09/01/2017 (El Pueblo en Línea) - Otra espesa capa de humo ha cubierto las ciudades del norte, centro e incluso este de China, forzando el cierre de autopistas, retraso vuelos, e incluso obligando a Beijing a emitir una alerta naranja, el segundo nivel más alto en un sistema de respuesta de emergencia de cuatro niveles. La contaminación del aire duró toda una semana.
El mal tiempo es sin duda responsable en parte de la situación, pero la contaminación es más común en invierno porque se queman grandes cantidades de carbón para suministrar calefacción a la mayoría de las ciudades del norte. Peor aún, muchos residentes en áreas rurales y suburbanas, donde muchos no tienen sistema de calefacción central, los ciudadanos todavía usan calderas primitivas que emiten muchos contaminantes relacionados con el carbón para crear calor en invierno.
Por lo tanto, la necesidad de energía limpia y renovable como alternativa al carbón es más urgente que nunca. Dadas las dificultades tecnológicas en el uso de la energía eólica y solar para el suministro de calefacción, una solución más factible reside en el uso de la electricidad, que puede ser generada con energía verde y carbón. De hecho, alrededor del 30% de la electricidad en China es proporcionada por energía limpia.
Pero el coste de la calefacción creada con electricidad y gas es más alta que la de la calefacción creada con carbón, lo que explica que algunos residentes rurales se nieguen a seguir las advertencias de las autoridades. Sin embargo, el uso del carbón tiene que reducirse, y las opciones no son muchas: Las instalaciones de calefacción de gas serían ideales, pero los limitados recursos de gas de China podrían plantear un desafío a la seguridad energética si el país importara gas en grandes volúmenes.
Sin embargo, hay mucho espacio para la reforma en el consumo de carbón de China. Casi la mitad se utiliza para generar electricidad.
Idealmente, la transformación de energía debería desempe?ar un papel clave en la reasignación del exceso de electricidad, promoviendo el uso de la energía verde y reduciendo la contaminación del aire. China tiene restricciones de emisiones bastante estrictas en las centrales térmicas. El 70% de ellas comenzaron a operar después de 2003. Comparado con las viejas centrales eléctricas, con una vida útil de 40 a 50 a?os en otros países, la energía térmica de China tiene un sistema relativamente avanzado de tecnología.
En otras palabras, la mayoría de las centrales térmicas chinas son bastante nuevas y pueden mantener eficientemente sus niveles de emisiones de contaminantes bajo control. Si funcionan con eficiencia máxima, tienen el potencial de reemplazar a otros sectores consumidores de carbón con mucha menos contaminación. En promedio, las centrales térmicas son siete a ocho veces más eficientes que las calderas de mediano y peque?o tama?o para reducir las emisiones contaminantes. Eso explica por qué la mayoría de las economías desarrolladas utilizan al menos el 80% de su consumo de carbón para generar electricidad.
La introducción del sistema de calefacción eléctrica también ayudará a abordar el exceso de oferta de energía renovable como la eólica y la fotovoltaica en China occidental, pero a pesar del respaldo y subsidios del gobierno, la demanda real del mercado para energía fotovoltaica sigue siendo poco prometedora incluso en las áreas del noroeste, con una importante fuente de luz solar.
Las estadísticas muestran que el uso de la energía fotovoltaica en las provincias de Shaanxi, Gansu, Qinghai y las regiones autónomas Hui de Ningxia y Uygur de Xinjiang fue de sólo 611 horas en la primera mitad de 2016. Las ciudades en el este de China también siguen los mismos pasos, por lo que en lugar de permitir que se desperdicie el exceso de capacidad, se puede utilizar en las centrales térmicas.
Para los productores de energía térmica, las tarifas de electricidad relativamente estables son un “plus”, ya que permiten a los productores bajar el coste sin preocuparse por las fluctuaciones en los precios del combustible. Y dado que los calentadores eléctricos también ahorrarán a los residentes rurales la molestia de quemar carbón durante el invierno, los gobiernos de todos los niveles deberían elaborar políticas a largo plazo y proporcionar los subsidios necesarios para suministrar calefacción eléctrica a menor coste.
El autor es decano del Instituto de Estudios de Política Energética de China en la Universidad de Xiamen.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)