Un frente frío dispersó hoy domingo el denso esmog que afectó a la ciudad de Beijing toda la semana.
Los capitalinos volvieron a ver el cielo azul este fin de semana y lo aprovecharon para llevar a los ni?os, que apenas salieron en los últimos días, a los parques y calles por primera vez desde el comienzo del a?o.
Beijing desactivó la alerta naranja por contaminación del aire el sábado por la noche y levantó las medidas de emergencia que restringían la circulación de vehículos y la producción de las fábricas. Las obras de construcción reanudaron sus trabajos, según la oficina que se encarga de coordinar las operaciones de respuesta durante episodios de contaminación de la ciudad.
La capital china dispone de un sistema de alerta de cuatro niveles para la contaminación, en el que la máxima es la roja y le siguen la naranja, la amarilla y la azul. La alerta naranja significa que se prevé que el índice de calidad del aire sobrepase los 200 tres días consecutivos.
En caso de que se activen alertas de los niveles más altos, los vehículos muy contaminantes y los camiones que transportan residuos de la construcción tienen prohibido circular y algunas empresas de manufactura deben recortar su producción.
Beijing emitió una alerta naranja el pasado 29 de diciembre. Un débil frente frío dispersó el esmog brevemente el 2 de enero y luego la ciudad renovó la alerta del misno nivel y la extendió el 4 de enero.
El cielo azul será el tono dominante en los próximos días.
Según el centro de control de la calidad del aire de la ciudad, con excepción del distrito de Daxing, en el sur de Beijing, la calidad del aire era "excelente" o "buena" hasta las 10:00 horas de la ma?ana del domingo. La densidad de PM2,5 era inferior a 100 microgramos por metro cúbico.
El esmog se ha convertido en el mayor problema medioambiental en el norte de China en los últimos a?os, particularmente en invierno, cuando se utilizan las calderas alimentadas con carbón y los vientos dejan de soplar.