NANJIE, China, 25 dic (Xinhua) -- Wang Hongbin, de 65 a?os de edad, tiene una ambición sorprendente: construir una comunidad comunista que distribuya los productos y servicios de acuerdo con las necesidades reales, un objetivo del comunismo propuesto alguna vez por el mismo Karl Marx.
Wang, secretario del Comité del Partido Comunista de China en la aldea Nanjie desde 1977, tiene todas las intenciones de hacer realidad su sue?o.
Un edificio de apartamentos de 16 pisos se erige en su aldea en la provincia de Henan, centro de China. Se espera que el trabajo en interiores empiece el a?o próximo. Con un costo de 200 millones de yuanes (29 millones de dólares), debe estar completado para el 2018.
"Si desea mudarse a los 'apartamentos proletarios', todo lo que tiene que hacer es entregar todo lo que posee", dice Wang.
El edificio podrá albergar a 800 aldeanos, quienes recibirán los alimentos que necesiten las 24 horas del día. La ropa, calzado, cosméticos e incluso la joyería serán compartidos por todos, claro está después de ser sometidos a un proceso de esterilización.
"Elegiremos las mejores marcas y cubriremos las necesidades personales de todos", afirma Wang, quien planea que para dentro de 10 a?os sus claustros utópicos alojarán a los 3.700 aldeanos de Nanjie.
En muchas formas, Nanjie es más una especie de parque industrial que una aldea. La mayoría de los jóvenes en China están ansiosos de irse de su lugar de origen a fin de trabajar en las ciudades, pero aquí 26 empresas emplean a todos lo que buscan un empleo.
La aldea sólo tiene 33 hectáreas de tierra de cultivo, en cualquier otra parte insuficiente para alimentar a los aldeanos. Sólo 21 personas trabajan en las parcelas esparcidas entre fábricas.
Desde la década de los 80, la fortuna de Nanjie ha sido resultado del procesamiento de alimentos: cerveza, chocolate, harina, fideos instantáneos, licor, medicinas y especias. La aldea obtuvo 2.000 millones de yuanes en 2015, de los cuales, 150 millones fueron de ganancias.
Wang atribuye el éxito a una economía colectiva y a un liderazgo fuerte, inspirado en Mao Zedong, el líder fundador de la República Popular China. El lunes se conmemora el 123° aniversario del natalicio de Mao.
En un simposio para conmemorar el 120° aniversario del natalicio de Mao en diciembre de 2013, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que el Partido Comunista de China (PCCh) enarbolará por siempre el Pensamiento de Mao Zedong en la búsqueda de la revitalización de la nación china.
Xi dijo que los miembros del Partido deben adherirse y hacer un buen uso del "alma viviente" del Pensamiento de Mao Zedong, es decir, la búsqueda de la verdad a partir de los hechos, la "línea de las masas" y la independencia.
LONGEVIDAD DEL LEGADO DE MAO
Es difícil encontrar otra aldea en China similar a Nanjie, donde pervivan los principios de moralidad y colectivismo de Mao.
Aquí, la gente se sigue despertando con el sonido de los altavoces que emiten "El oriente es rojo", un himno clásico de la década de los 60. Frases de Mao están escritas en los muros de fábricas, escuelas, comercios y hoteles, para recordar a la gente que debe sacrificar sus intereses personales en pro del beneficio de la colectividad. Retratos de Mao cuelgan en casi todas salas de las casas.
En la plaza de la aldea, una estatua de mármol blanco de nueve metros de altura del gran timonel está flanqueada por retratos de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Un estandarte que dice sin ambigüedades que "El pensamiento de Mao Zedong brilla sobre nosotros por siempre" ondea sobre la estatua.
A principios de la década de los 80, al igual que el resto de la China rural, Nanjie desmanteló las comunas y empezó a abrirse al exterior. La tierra colectiva fue distribuida entre familias e individuos pudieron establecer contratos con fábricas colectivas. Eso sucedió no mucho antes de que las quiebras estuvieran a la orden del día.
El comité de la aldea se hizo cargo de dos fábricas en 1984 y para 1986, Nanjie había vuelto a colectivizar toda su tierra de cultivo, expandido sus industrias y empezado a cuidar de sus residentes.
La prosperidad hizo posible el suministro gratuito de agua y electricidad, después del carbón, gas, carne, huevos, harina, y finalmente, de la educación. Para principios de los 90, el sistema de bienestar en las aldeas estaba completo. Incluso los impuestos y los gastos médicos eran pagados colectivamente. En 1991, Nanjie se convirtió en la primera aldea en Henan con ingresos de ventas de 100 millones de yuanes y el número de empresas en la aldea creció a 19.
"Una economía colectiva es el camino inevitable hacia la prosperidad común y la base para resolver los problemas de los 'san nong' (agricultores, aldeas y agricultura)", proclama Wang Hongbin.
Wang cree que el mayor legado de Mao en el Nanjie actual es la vía socialista hacia la prosperidad común, lo que corresponde a la meta gubernamental actual de construir una sociedad modestamente acomodada para fines del 2020.
Nanjie, una aldea sin recursos o talentos especiales, es un modelo para otras aldeas en su marcha hacia la prosperidad, dice Wang.
La economía colectiva no se contrapone a la apertura ni a la reforma de mercado, sino que se beneficia de ellas, asegura.
Aunque Nanjie no es la única con una economía colectiva, su distribución de la riqueza es única. La aldea Huaxi en la provincia de Jiangsu, este de China, tiene una industria siderúrgica y textil fuerte. Allí se distribuyen lingotes de oro entre los aldeanos, lo que convierte en millonario a todos. En Nanjie, Wang y más de 300 aldeanos, en su mayoría cuadros y gerentes de fábricas, reciben un salario mensual de apenas 250 yuanes, cifra lejos de ser suficiente para alimentar a una familia en Beijing o Shanghai. La mayoría de los obreros reciben 2.000 yuanes.
El ingreso de los lugare?os consiste en 30 por ciento en efectivo y 70 por ciento en beneficios. Wang planea reducir gradualmente el efectivo e incrementar el bienestar.
"Al final e inevitablemente acabaremos de raíz con la propiedad privada y distribuiremos los productos de acuerdo con las necesidades individuales", dice Wang. "El entusiasmo inspirado por el dinero desaparecerá. El fuerte compromiso filosófico es la clave", agrega.
?DE QUIéN ES LA UTOPíA?
La boda de Feng Di fue muy diferente a las de sus pares en la cercana aldea Beixuzhuang.
Ella se casó con un hombre de Nanjie en una boda grupal con otras 21 parejas en la Plaza el Oriente es Rojo el 1 de octubre. La aldea pagó todo, incluido un desfile, trajes, el banquete y el alojamiento de familiares y amigos.
Las felices parejas se inclinaron ante la reluciente estatua de Mao y cada una recibió una copia del alguna vez omnipresente libro rojo del pensamiento del presidente Mao, así como una insignia dorada de Mao.
"Nanjie es como una gran familia. No hay nada de qué preocuparse", opina Feng, quien recibió un apartamento de 120 metros cuadrados como obsequio de bodas y un empleo en la Liga de la Juventud Comunista de la aldea.
Como prácticamente no tiene gastos, Feng ha ahorrado algo de dinero para comprar en línea y disfrutar de películas en los cines del centro.
Sheng Ganyu, alguna vez funcionario en el distrito de Xiangcheng, llegó a Nanjie en 1994 después de ver un documental sobre la aldea. Es jefe de redacción del diario de la aldea y recibió el título de "aldeano honorario" en 1996. Disfruta de los mismos beneficios que los nativos de Nanjie. En la actualidad, existen cerca de 1.000 de esos aldeanos honorarios.
Sheng también recibe 250 yuanes al mes, lo mismo que el secretario del Partido. Si realmente necesita dinero, puede solicitarlo al comité de la aldea.
De esa manera, el hijo de Sheng, quien estudia cine y televisión en la universidad, pudo comprar una cámara profesional y una computadora por un valor de más de 20.000 yuanes.
Sheng llevó recientemente a un grupo de aldeanos a Sanya, un centro turístico costero en la provincia insular de Hainan, como recompensa por el "buen desempe?o".
Nanjie podría parecer la tierra de la abundancia para los lugare?os, pero está lejos de ser el paraíso para más de 6.000 trabajadores migrantes.
Ding Xiaohui ha trabajado en la fábrica de fideos de Nanjie desde 2008. Ella sue?a con convertirse en aldeana honoraria, pero la aldea dejó de conceder esos títulos en 2003. Ding gana 2.000 yuanes al mes pero sin disfrutar de alimentos y alojamiento gratuitos, ni de alguno de los otros beneficios que tienen los lugare?os.
Wang Hongbin admite que sigue existiendo la explotación en la aldea. Sin embargo, dice que "la explotación de trabajadores de otras aldeas es razonable durante la transición de un capitalismo colectivo al comunismo". él confía en que el trabajo de construcción de una comunidad comunista será completado durante su tiempo de vida.
Su esposa trabaja en la lavandería del hotel de la aldea y es una firme partidaria de su esposo. Sus tres hijos, dos mujeres y un hombre, trabajan como funcionarios públicos en las ciudades de Zhengzhou y Luohe.
"Ellos ni discuten ni apoyan mi causa, tampoco se oponen a ella", comenta Wang.