Decenas de militares y policías resguardan hoy el mercado de pirotecnia de San Pablito, en el municipio del central estado de México, mientras forenses realizan estudios para determinar las causas de las explosiones que dejaron al menos 32 muertos el martes.
Desde el exterior del predio de más de una hectárea se puede ver a peritos y agentes federales buscando entre los 305 locales destruidos, indicios del percance registrado ayer por la tarde.
Cuatro binomios del Ejército apoyan los trabajos con perros adiestrados husmeando y saltando entre los escombros en los que quedó reducido el tradicional mercado de pirotecnia.
Afuera, algunos comerciantes permanecen atentos a posibles anuncios sobre el futuro de su centro de trabajo, pues aseguraron que todavía no reciben información al respecto.
Al lugar también han llegado personas buscando familiares de los que no tienen noticia desde que el polvorín explotó.
Es el caso de Rubén Martínez, quien aseguró que su abuela Eva Baez y su tío Yazmani González están desaparecidos y hasta ahora las autoridades no los han detectado en la lista de fallecidos o heridos.
"Simplemente me dicen que están renovando listas", dijo el familiar de las dos personas que compraban pirotecnia para su negocio, en la municipalidad de Nicolás Romero, cuando se suscitó la cadena de explosiones.
En conferencia de prensa, el secretario de Gobierno del estado de México, José Manzur, indicó que hasta las 11:00 hora local se reportan 32 muertos y de los lesionados, 46 siguen hospitalizados.
El mercado de San Pablito funciona desde hace 16 a?os y el Ayuntamiento ha asegurado que los comerciantes cuentan con permisos federales para fabricar y vender pirotecnia.