Las palabras de Pablo, un guerrillero raso que pertenece a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace 17 a?os, expresan el mensaje que el Estado Mayor o Secretariado del grupo insurgente ha dispuesto como viraje de la anterior lucha armada.
"Nuestra ideología sigue siendo socialista y de ahí no nos vamos a mover, con todo esto del proceso de paz lo que vamos a emprender es un camino político que nos lleva a dejar las armas pero no nuestra bandera", dijo a Xinhua el guerrillero mientras trabajaba en tareas logísticas para el recibimiento de la prensa a la conferencia.
Esta décima conferencia tiene para las FARC un especial significado y muchos coinciden en se?alarla como la más importante ya que demostrará la verdadera fuerza de unos ideales que a pesar de haberse manchado con los actos de la guerra aún siguen vigentes en los guerrilleros de la base.
Pablo estuvo en la anterior conferencia, realizada de manera clandestina al igual que las otras ocho, y se?aló las diferencias con esta décima, que es la única que se ha realizado de manera pública.
"La novena conferencia se realizó en 2008, en pleno desarrollo de la política de seguridad democrática del (entonces presidente) Alvaro Uribe. Esa política determinó el refuerzo del ejército y toda la fuerza pública, los enfrentamientos y ataques a nuestros campamentos se incrementaron y nosotros tuvimos que prepararnos para responder por la vía armada", relató el guerrillero.
"Entonces la orden del comando central fue fortalecernos militarmente y las tropas aprendieron que las armas representaban al pueblo. Los entrenamientos se mejoraron y las tácticas de guerra también", recordó.
Sobre las nuevas directrices que se han implementado desde que comenzaron las conversaciones con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, Pablo se?aló lo que todos los guerrilleros afirman en medio del desarrollo de la décima conferencia.
"Para nosotros los guerrilleros de base este cambio lo hacemos con alegría. Aunque hemos defendido nuestro pensamiento durante medio siglo por la vía armada, esta defensa no ha sido escogida por nosotros, ha sido el Estado el responsable de nuestro accionar", aseguró.
"Nosotros, al igual que todo el país, queremos la paz, y ahora que se ha firmado el cese bilateral definitivo nuestro entrenamiento militar ha sido reemplazado por el político", afirmó.
"Todos los frentes han instruido a la guerrillerada sobre el contenido de los acuerdos, a diario leemos los puntos y el grueso de la tropa sigue preparándose para una nueva etapa, esta vez sin armas", agregó Pablo quien aún utiliza su nombre de guerra y guarda el de nacimiento para cuando entre en firme la paz.
IDEALES INTACTOS
Durante el segundo día de la décima conferencia, Iván Marquez, miembro del Estado Mayor de las FARC calificó ante la prensa el desarrollo de la misma como extraordinario.
Según Márquez las reuniones de la conferencia han generado interesantes debates y valiosas propuestas entre los comandantes de los diferentes frentes acerca del futuro del grupo insurgente.
"En la conferencia dirigimos la mirada hacia el futuro, hacia la configuración del nuevo partido político, su nombre y todo lo que hasta ahora no se ha plasmado en el lienzo (...) hemos recibido un fuerte respaldo de todos los frentes, las FARC están con la paz y pensando en convertirse un movimiento político legal y hasta hoy lo que hemos escuchado es un apoyo total al acuerdo final de La Habana", dijo Márquez.
Aunque se espera con expectativa cuál será el nombre de este partido que entrará a hacer parte de la contienda democrática en Colombia, lo que es claro para las FARC son las directrices políticas y sociales que tendrá el naciente movimiento.
Una de estas y de la que más hablan los participantes de la conferencia es la, según ellos, urgente reforma agraria que a su parecer determinará el rumbo de la sociedad colombiana en el posconflicto.
Erika Montero, miembro del secretariado, se?aló la importancia de este punto del acuerdo que coincide casi exactamente con el primer estatuto de las FARC generado en 1964 por sus fundadores Jacobo Arenas y Manuel Marulanda Vélez.
"El campo colombiano es el que ha sufrido la guerra directamente y el campesinado es el que mayores perspectivas tiene de que se logre la materialización de la reforma integral agraria, y hombro a hombro trabajaremos para ellos, para que esto se materialice", dijo a los medios de comunicación.
El presidente Santos ha sido reiterativo al asegurar que tras la firma del acuerdo se reforzarán diferentes programas estatales que nacieron para vigilar el adecuado desarrollo del agro en Colombia.
Programas como los de la sustitución de cultivos ilícitos y la negación de la fumigación aérea con glifosato son los que los guerrilleros rasos de las FARC aseguran que respaldan porque corresponden con la noción de un campo productivo y que genere bienestar para los habitantes rurales de Colombia.
"Nosotros somos campesinos, sabemos trabajar el campo y vamos a seguir ense?ando a los que cultivaban la coca a trabajar otros productos como el cacao, el café, el plátano. Si los acuerdos que firmaron nuestros comandantes con el gobierno se respetan podemos acabar por ejemplo con los cultivos de coca", concluyó Pablo.
Las expectativas de las tropas de los 81 frentes que tiene las FARC en todo el país se manifiestan durante la décima conferencia como el fundamento para que miles de colombianos dejen las armas, no solamente para cambiarlas por el accionar político.
También para que las miles de hectáreas rurales que no han podido florecer por el conflicto armado y todas sus consecuencias, generen el bienestar que se supone que deben tener los ciudadanos de un país que vive en paz.