El manejo que hizo el tribunal sobre el caso de arbitraje del Mar Meridional de China promovido unilateralmente por el anterior gobierno filipino emitió hoy su fallo final, pero como el panel no tiene ninguna jurisdicción, obviamente su decisión carece de efecto legal.
En un comunicado de prensa que acompa?a al fallo de 479 páginas, el tribunal de cinco miembros hizo un resumen de sus decisiones, que apoyan ampliamente los reclamos presentados por la administración del ex presidente filipino Benigno S. Aquino III.
China se ha negado a participar en los procedimientos, al reiterar que el tribunal carece de jurisdicción sobre el caso, que en esencia está relacionado con la soberanía territorial y delimitación marítima.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China declara solemnemente que el fallo es nulo y sin valor y carece de fuerza vinculante. China ni lo acepta ni lo reconoce", indicó el ministerio en una declaración poco después de la publicación de la decisión del tribunal.
El objetivo máximo de cualquier institución internacional debe ser ayudar a resolver conflictos, mantener la paz y limitar los armamentos. También están los principios fundadores de la Corte Permanente de Arbitraje (CPA) desde que fue establecida hace más de 100 a?os.
Sin embargo, el tribunal de arbitraje que organizó la CPA sobre el asunto del Mar Meridional de China parece haber intensificado las disputas entre Beijing y Manila, lo que pone en riesgo la paz regional y promueve la expansión militar.
CONVERSACIONES ESTANCADAS
Antes de que se presentara el arbitraje, China y Filipinas, junto con otros países involucrados, habían sostenido durante a?os conversaciones constructivas sobre las disputas en el Mar Meridional de China.
Esas conversaciones dieron lugar a una declaración que regula la conducta de las partes involucradas en la vía navegable a fin de garantizar la paz regional. Las partes también impulsaron un enfoque de "doble vía" de mantenimiento de la paz al mismo tiempo que se sostenían conversaciones sobre las disputas.
Sin embargo, se dificultó sostener conversaciones desde que la administración del ex presidente filipino Benigno S. Aquino III inició el arbitraje en 2013. El diálogo se interrumpió después de que el tribunal reclamara la jurisdicción dos a?os después.
Desde que se estancaron las conversaciones, las tensiones se han incrementado. Buques y aviones de guerra estadounidenses han frecuentado el Mar Meridional de China bajo el pretexto de la salvaguardia de la "libertad de navegación y de sobrevuelo".
Por otra parte, Washington y Manila llevaron a cabo una serie de ejercicios militares conjuntos cerca de las aguas del Mar Meridional de China. La escala de sus maniobras de guerra siguió creciendo mientras que las armas usadas por sus militares se volvieron cada vez más sofisticadas.
En abril, miles de soldados estadounidenses, filipinos y australianos participaron en un ejercicio de 11 días en la región del Mar Meridional de China, que desplegó el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, capaz de lanzar con gran precisión cohetes y misiles a una gran distancia.
La presencia militar estadounidense de alto perfil sólo empa?a al Mar Meridional de China, que de otra forma sería pacífico y por el que navegan al a?o sin incidentes más de 100.000 embarcaciones.
"GUERRA JURíDICA"
La intervención estadounidense no terminará con la demostración de fuerza. Los observadores consideran que el arbitraje es parte de la "guerra jurídica" que Estados Unidos sostiene contra China por medio de manipular litigios y sistemas judiciales para perjudicar los reclamos y derechos de China.
Aunque el arbitraje fue promovido por la administración de Aquino III en 2013, el apoyo e instigación estadounidenses fueron cruciales para que se llevara a cabo. Las 3.000 páginas de documentación que presentó Filipinas al tribunal fueron compiladas con ayuda de expertos jurídicos estadounidenses, quienes también participaron en el proceso de deliberaciones.
El apoyo estadounidense, dijeron los analistas, también fue un factor clave que alentó al tribunal a aceptar y después a reclamar la jurisdicción sobre el caso viciado.
En 2010, la entonces secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton declaró que Washington tiene intereses nacionales en el Mar Meridional de China, en medio del cambio estratégico estadounidense hacia la región de Asia Pacífico.
Estados Unidos y Filipinas emitieron una declaración conjunta para apoyar el arbitraje en 2014. Ese mismo a?o, durante una visita a Manila, el presidente estadounidense, Barack Obama, expresó su apoyo al arbitraje.
JURISDICCIóN CUESTIONABLE
En apariencia, la solicitud de Manila era para determinar la naturaleza de los recursos "bajo control chino" en el Mar Meridional de China. Pero su verdadera agenda era confundir los derechos marítimos asignados a la soberanía china sobre las Islas Nansha y aguas circundantes a diferentes recursos, por ejemplo a las islas, elevaciones en marea baja u orillas sumergidas.
Al insistir en la naturaleza de los recursos, Filipinas ha intentado limitar los derechos e intereses legítimos de China a recursos individuales, con lo que niega los derechos históricos de China sobre las Islas Nansha en general.
Por lo tanto, las solicitudes de Filipinas se refieren esencialmente a la soberanía territorial y delimitación marítima. Los asuntos territoriales están sujetos a la ley internacional general en lugar de a la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos, por sus siglas en inglés), bajo la cual opera el tribunal.
Además, China en 2006 excluyó las disputas referentes a la delimitación marítima, bahías históricas o títulos de los procedimientos de solución de disputas de Unclos, de acuerdo con las disposiciones de la convención.
HECHOS HISTóRICOS
Antes de la colonización de Asia del sudeste por las potencias occidentales, el Mar Meridional de China había sido un centro pacífico y próspero para el comercio e intercambios culturales durante más de mil a?os.
En el a?o 671 d.C., el monje chino Yi Jing navegó por el Mar Meridional de China para estudiar budismo en la India y volvió 25 a?os después. Durante su trayecto, Yi visitó 30 antiguos países en la región del Mar Meridional de China, donde compartió la cultura y tecnología chinas con sus anfitriones.
Yi fue uno de los más de 60 monjes chinos que viajaron a lo largo del Mar Meridional de China hacia la India durante ese periodo. Sus escrituras y cuadernos de viajes son una evidencia que demuestra el papel activo de China en la promoción de la paz y prosperidad en las aguas.
En diversas dinastías chinas, se establecieron oficinas de asuntos del mar, junto con el lanzamiento de patrullas costeras para garantizar el paso seguro por la vía navegable. Durante cerca de 100 a?os, China trabajó con el estado de Malaca para combatir la piratería en el Mar Meridional de China, hasta que Malaca fue colonizada por Portugal en 1611.
DESINFORMACIóN DE LOS MEDIOS
Los derechos de China sobre el Mar Meridional de China están apoyados por numerosos registros históricos. Sin embargo, algunos medios occidentales han ignorado los hechos o los han tergiversado para inventar su propia versión de la "verdad".
En Tanmen, una aldea pesquera en el sur de China, un pescador retirado dijo a la cadena británica BBC que tuvo alguna vez un libro antiguo con direcciones de navegación hacia el Mar Meridional de China. Pero que lo tiró porque ya no podía leerse tras ser usado cientos de a?os.
Al enterarse de esto, el reportero de la BBC empezó a cuestionar la existencia del libro, con lo que sugirió que el viejo pescador, quien le había confiado su historia familiar, era un mentiroso. No conforme con ello, acusó a los medios chinos, que habían informado primero sobre el libro, de haber inventado la historia para apoyar los reclamos de China.
Si el reportero si hubiera tomado la molestia de visitar el Museo Provincial de Hainan, habría visto las antiguas guías de navegación que eran exhibidas en el recinto.
De hecho, generaciones de pescados que viven en un número de puertos en Hainan han dependido de las antiguas guías para navegar por el Mar Meridional de China. Al menos pueden hallarse 12 versiones de ellas en museos o aldeas pesqueras.
NEGOCIACIóN, LA úNICA SALIDA
Cualquier resolución final acerca de los temas territoriales se debe basar en la voluntad de los países involucrados. La historia, los intereses nacionales y los sentimientos de la gente de cada lado necesitan ser reconocidos y tomados en consideración antes de que se pueda alcanzar cualquier reconciliación y acuerdo.
Un decisión apresurada de una tercera parte a menudo conduce a más disputas y conflictos. Tan sólo en Asia del sudeste, las demarcaciones problemáticas de los colonizadores dejaron a Malasia, Tailandia, Indonesia y Camboya con disputas territoriales duraderas entre sí e incluso con violencia separatista.
El problema del Mar Meridional de China involucra a 3,5 millones de kilómetros cuadrados de aguas y a varias partes de la región. Su magnitud y complejidad superan por mucho la capacidad de cualquier tribunal.
Además, China ha puesto en claro que el arbitraje es ilegal y sin efecto legal y que el país no lo aceptará ni participará en él.
Sin el reconocimiento y apoyo de China, el "fallo" del arbitrajes es prácticamente inviable, o "sólo un pedazo de papel", como lo describió el ex consejero de estado chino Dai Bingguo.
"China jamás renunciará a nuestros derechos legales. El pueblo chino no cree en la falacia ni teme a las fuerzas malignas", dijo el presidente chino, Xi Jinping, el 1 de julio, durante la conmemoración del 95° aniversario de la fundación del Partido Comunista de China.
"El pueblo chino no provoca problemas, pero no somos cobardes cuando nos involucramos en problemas", aseguró Xi.
El presidente recién elegido de Filipinas, Rodrigo Duterte, en diversas ocasiones ha mostrado voluntad para reanudar las conversaciones con la parte china, un buen punto de inicio para la reconciliación y el entendimiento mutuo entre los dos países.
Se espera que este "pedazo de papel" pueda servir como una lección para recordar a todas las partes involucradas que no hay atajos para resolver la cuestión del Mar Meridional de China, y que la solución final a ella sólo puede encontrarse en la mesa de negociación.