México tiene un retraso de 50 a?os respecto al conocimiento de sus recursos hídricos y los elementos que deben conservar o modificar, aseguró hoy el experto universitario Javier Carmona en el marco del Día Mundial del Agua.
El investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que es necesario ahondar en el conocimiento de los recursos naturales hídricos en el país latinoamericano y su relación con la calidad ambiental.
Sostuvo en un comunicado en la Ciudad de México (capital), que este principio permitirá formular una propuesta integral de manejo y conservación del agua en ríos, lagos y ambientes que requieren de tiempo para modelarse.
Carmona expresó que el riesgo mayor son las malas políticas públicas en torno al manejo del recurso, "pues para todas las adversidades existe un remedio técnico o una respuesta que podría mitigar el problema".
"Tenemos que modificar la percepción de cómo manejar el agua (con) acciones de mayor sustento científico y tecnológico, donde la conservación de nuestros recursos naturales (...) sean la mejor herramienta para su manejo", advirtió el académico.
Los habitantes del Valle de México (zona metropolitana de la capital mexicana) consumen alrededor de 82 métros cúbicos de agua, de la cual 60 se extrae de pozos y 22 se lleva de cuencas lejanas con grandes costos y consecuencias ambientales graves.
La explotación desmedida, la expansión de la mancha urbana a zonas lacustres y de monta?a, y la falta de áreas verdes para la absorción del agua, han deteriorado lagos, ríos y mantos freáticos, los cuales se han desecado.
En México, existen 31 millones 374.724 hogares registrados, de los cuales 29 millones 48.251 cuentan con agua, y de ellos 7 millones no la reciben a diario, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Día Mundial de Agua tiene su origen en la Conferencia de Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente y el Desarrollo o Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992.
La fecha se fijó con la finalidad de promover entre los países miembros de la ONU, actividades orientadas a sensibilizar a la población en general sobre la importancia del uso racional de los recursos hídricos.
Se estableció como objetivo garantizar el desarrollo, bienestar social y perdurabilidad de los ecosistemas del planeta.