SANTIAGO, 16 nov (Xinhua) -- El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), cuya reunión informal de líderes se iniciará este miércoles en Manila, Filipinas, constituye una importante plataforma de integración de América Latina a la cadena global de valores.
Durante la cita de Manila se conocerán los avances del Estudio de Factibilidad para una Zona de Libre Comercio entre sus 21 economías, propuesto por China.
Asia-Pacífico, considerada la región más dinámica del mundo por su crecimiento económico y sus niveles de comercio, inversión e innovación, constituye, para muchos especialistas y conocedores del tema, una prometedora plataforma para la integración con las 33 economías de América Latina, de las cuales, hasta ahora, solo tres son miembros del APEC: México, Perú y Chile.
Aunque la región latinoamericana ha aumentado sus vínculos con el APEC y es un importante socio comercial, aún hay una fuerte asimetría entre los 5 países que concentran casi la totalidad del comercio e inversión de Asia Pacífico con América Latina (Brasil, Chile, Argentina, México y Perú), y los 28 restantes.
Paralelamente, Asia-Pacífico aún no se ha consolidado como un destino importante para las exportaciones latinoamericanas y caribe?as, ni tampoco como una fuente significativa de inversión foránea.
Sin embargo, a pesar de que aún quedan vestigios de la crisis mundial del 2008, el mayor crecimiento y dinamismo ha favorecido a las economías del APEC, las cuales concentran el mayor crecimiento de los intercambios intrarregionales.
El comercio entre los socios del APEC es heterogéneo, destacándose Estados Unidos, Japón y China, siendo esta última la más destacada en impulsar los intercambios.
Por lo tanto, el orden económico mundial ha ido creando nuevos centros de dinamismo económico centrados en la región Asia-Pacífico. De ahí, la oportunidad que tiene América Latina para incorporarse a sus cadenas de valor.
Las exportaciones de América Latina y el Caribe se contraerán un 14 por ciento en 2015, en una tendencia a la baja que empeoró en los últimos tres a?os, según la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe (CEPAL), debido a las fuertes caídas en los precios de las materias primas y a una menor demanda internacional por sus productos.
Ese resultado convertiría al trienio 2013-2015 en el de peor desempe?o exportador de la región en ocho décadas.
En este marco, la CEPAL ha instado a los países a promover la integración económica regional, porque avanzar hacia un espacio integrado y con reglas comunes es indispensable para promover los encadenamientos productivos, así como a elevar la resiliencia del comercio intrarregional y favorecer la diversificación productiva y exportadora.
Si bien las actividades comerciales y de inversión entre América Latina y el Caribe y Asia-Pacífico se han ido recuperando y continúan expandiéndose, gracias al incremento de las corrientes comerciales con China, los vínculos económicos birregionales en general siguen siendo débiles o reflejan una escasa diversificación del comercio.
Para América Latina y el Caribe, la región de Asia-Pacífico aún es un potencial mercado para su desempe?o en áreas como el crecimiento, el comercio internacional, la inversión extranjera directa, la modernización tecnológica y la capacidad de innovar, y sus crecientes reservas monetarias internacionales.
Diversos estudios indican que la demanda agregada de los países y regiones de Asia-Pacífico ofrece interesantes oportunidades de negocio para las empresas latinoamericanas y caribe?as, especialmente en los sectores productivo y exportador, tanto de productos básicos como de manufacturas y servicios.
Las economías asiáticas han aumentado su comercio intrarregional, de un 39 a un 41 por ciento entre 2000 y 2013, lo cual significa que el orden económico mundial ha cambiado, creando nuevos centros de dinamismo económicos, centrados en la región Asia-Pacífico.
La ventaja de esta región, respecto a otros proveedores, reside en la posibilidad de elevar su participación en el mercado latinoamericano, para lo cual las economías asiáticas tendrían que fortalecer sus vínculos con sus pares, mediante alianzas y la promoción de la cooperación comercial de beneficio mutuo.
En 2014, China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (CELAC) establecieron el Foro de Cooperación, con un plan que prevé, en 10 a?os, las metas de 500.000 millones de dólares en intercambios comerciales y 250.000 millones de inversión directa china en la región.
Asia-Pacífico ha motivado el interés de Colombia para ser socio estratégico de la región, lo cual se refleja en la asistencia del presidente Juan Manuel Santos a la cumbre del APEC en Manila, y en el Plan Nacional de Desarrollo de ese país 2010-2014, donde se afirma que esa región es una prioridad para la política exterior del país.
Bogotá anunció que fortalecerá el diálogo político, los canales de cooperación y el intercambio cultural entre Colombia y el APEC, y aspira a tener una participación activa en los foros y acuerdos institucionales de cooperación e integración económica regional.
Seguramente, otras naciones latinoamericanas y caribe?as seguirán el ejemplo de México, Chile, Perú, y ahora el de Colombia, confirmando que el APEC es una plataforma de provecho mutuo, sobre todo si la cumbre de Manila ratifica la propuesta de China para establecer un Area de Libre Comercio entre sus economías.