Homenaje a Carlos Gardel a 80 a?os de su muerte |
Fuente:agencias
BUENOS AIRES,24/06/2015(El Pueblo en Línea)-Pasa el tiempo y, como en el tango, la nostalgia invade los corazones de los amantes de Carlos Gardel. El ?zorzal criollo?, como se conoce al cantor cuyo nacimiento sigue siendo motivo de polémica entre Argentina, Uruguay y Francia, falleció hace 80 a?os. Gardel viajaba a bordo de una avioneta en Colombia cuando el aparato, un trimotor, se salió de pista al intentar despegar y se chocó de frente con otro. La muerte del hombre que hizo del tango un himno nacional sin fronteras, dejó huérfano al género que muchos colocan frente al espejo del flamenco y la copla, como defiende, con matices, Diego ?El Cigala?.
El recuerdo de Gardel resucita estos días con homenajes en muchas partes del mundo, especialmente en la tierra donde creció. En Buenos Aires se inauguró una exposición en el Museo Histórico Nacional que ilustra quién era, por fuera y por dentro, la mejor voz del tango argentino. Cómo entendía el cine, sus películas, la música y la vida.
Al ?Morocho (moreno) del Abasto? (barrio tanguero) se le reconocía en la calle por sus elegantes trajes, zapatos y, como en el escenario, hasta por sus sombreros. De puertas adentro, el hijo de una planchadora que no conoció a su padre, disfrutaba del mate (infusión de hierbas) del sabor de los cigarrillos (no puros) y de escribir cartas. Una muestra de ?sus cosas? forman parte de la vidriera de esta exposición que sirve para acercar y conocer de cerca el hombre hecho mito.
Juan Jose Sebrelli, autor de ?Los mitos de la Argentina?, considera que para pertenecer a ese Olimpo de los mitos, como Perón y Eva, hay que tener una vida y orígenes humildes y poco claros. La figura de Carlos Gardel se adapta como un guante a ese patrón. Otro dato que sigue siendo un misterio y nadie puede demostrar es si Gardel llegó al mundo en Tacuarembó (Uruguay), Toulouse (Francia) o en Buenos Aires (Argentina).
Gardel ya no era joven cuando murió, pero estaba en la cima de su carrera, entonces la leyenda de Gardel adquirió otro elemento mítico: la supervivencia del héroes después de su muerte.