El padecimiento crónico de los asiáticos |
Fuente:agencias
Madrid,30/03/2015(El Pueblo en Línea)-Asia Oriental se está experimentando un aumento sin precedentes de la miopía. Hace sesenta a?os, entre el 10 y el 20% de la población de China era miope. Hoy, hasta 90% de los adolescentes y jóvenes adultos lo son. En Seúl, un 96.5% de los jóvenes de 19 a?os son miopes. Otras partes del mundo también han visto un aumento dramático de este trastorno visual, que ahora afecta a aproximadamente la mitad de los adultos jóvenes en los Estados Unidos y Europa.
Según algunas estimaciones, un tercio de la población mundial podrían verse afectadas por la miopía a finales de esta década. Como el ojo crece a lo largo de la infancia, la miopía se desarrolla generalmente en adolescentes y ni?os en edad escolar. Gafas, lentes de contacto y cirugía pueden ayudar a corregir el problema, pero no abordan el defecto subyacente: un ojo ligeramente alargado, lo que significa que la lente enfoca los objetos lejanos un poco por delante de la retina y no directamente sobre la misma. En casos severos, la deformación se extiende y debilita las partes internas del ojo, lo que aumenta el riesgo de desprendimiento de retina, cataratas, glaucoma e incluso ceguera.
Esta amenaza ha impulsado un aumento en la investigación para comprender las causas de la enfermedad, y los científicos están comenzando a encontrar respuestas que desafían viejas ideas, como que la miopía es cosa de ni?os estudiosos. En su lugar va tomando forma otra idea: demasiado tiempo en el interior de las casas pone a los ni?os en riesgo de desarrollar miopía.
Durante muchos a?os, el consenso científico sostuvo que la miopía era debida en gran medida a los genes. Pero los genes no podrían ser la única causa. Uno de los signos más claros procede de un estudio de 1969 del pueblo Inuit en el extremo norte de Alaska, cuyo estilo de vida estaba cambiando. De los adultos que habían crecido en comunidades aisladas, solamente 2 de 131 tenían ojos miopes. Pero más de la mitad de sus hijos y nietos ya eran miopes.
Los cambios genéticos ocurren demasiado lentamente para explicar este cambio rápido, igual que las altas tasas de miopía que desde entonces han sido documentadas por todo el mundo.
A principio de este siglo, cuando los investigadores empezaron a mirar comportamientos como libros leídos a la semana, horas leyendo o usando una pantalla, ninguno parecía contribuir de forma importante al riesgo de miopía. Pero sí otro factor. En 2007, otro estudio que rastreó más de 500 ni?os de ocho y nueve a?os en California, preguntaron además sobre deportes y actividades al aire libre. Y fue una buena idea.
Después de cinco a?os, uno de cada cinco de los ni?os participantes en el estudio de California había desarrollado miopía, y el único factor ambiental que estaba fuertemente asociado con el riesgo fue el tiempo pasado al aire libre. Los investigadores pensaron que era un hallazgo raro. Pero un a?o más tarde llegaron a la misma conclusión esta vez con ni?os australianos. Se barajaron otras explicaciones, como la posibilidad de que la actividad física ejerciera un efecto beneficioso. Pero la relación se mantenía aunque los ni?os estuvieran al aire libre simplemente en un pícnic o leyendo en la playa. Además los ni?os que pasaron más tiempo fuera de casa no pasaban menos tiempo delante de los libros o la pantalla de ordenador. Al final, lo que parecía determinante era la exposición del ojo a la luz.
Un día nublado puede proporcionar menos de 10.000 lux y una oficina bien iluminada o aula no más de 500 lux. Tres o más horas diarias al aire libre son la norma para los ni?os en Australia, donde sólo alrededor del 30% de los adolescentes de 17 a?os son miopes. Pero en muchas partes del mundo, incluyendo Estados Unidos, Europa y Asia Oriental, los ni?os a menudo están fuera de casa una o dos horas.
De ahí la importancia de pasar tiempo al aire libre para prevenir la miopía. Ya hay estudios que indican que pasar 40 minutos más fuera de casa disminuye el riesgo de miopía en un 10%. Por lo que proponen que parte de las clases en las escuelas se den al aire libre. Pero como esto no es siempre posible, otra posibilidad sería disponer de algunas aulas con paredes de cristal.