Por Li Lei
Henan, 20/08/2018 (El Pueblo en Línea) - Ruan Guanqing, de 63 a?os, ofreció instrucciones a su marido, que es ciego y tiene una pierna artificial, para que empujara su silla de ruedas a través de una rampa habilitada fuera de su casa, y así poder salir a la calle a tomar un poco de aire fresco.
La pareja de ancianos, ambos minusválidos, consideran que la construcción de esa rampa ha mejorado mucho su calidad de vida.
Hace apenas unos meses, ellos estaban prácticamente prisioneros en su propia casa porque no poseían las condiciones físicas para salir a la calle como cualquier persona.
"Yo le dije a mi hija que no queríamos salir, sólo para evitarle el problema de tener que venir a ayudarnos", confesó Yang Chuansheng, de 67 a?os de edad y esposo de Ruan.
Ellos residen en Baiguoshu, Xinyang, provincia de Henan. Debido a su condición, reciben beneficios estatales.
Ruan y Yang forman parte de los millones de ciudadanos chinos que se han beneficiado gracias a una campa?a para promover la accesibilidad en los edificios públicos y hogares, especialmente aquellos ubicados en aldeas y pueblos remotos.
La campa?a fue lanzada en 2013 por la Federación China de Discapacitados y tiene como objetivo erradicar las barreras arquitectónicas y permitir que las personas con discapacidad puedan desarrollar su vida de forma digna y relativamente independiente. Hasta ahora, el gobierno central ha proporcionado más de mil millones de renminbi en fondos(145 millones de dólares).
La habilitación de cocinas de bajo nivel, rampas, pasamanos, inodoros y tendederas apropiadas ha costado poco, pero el impacto ha sido enorme.
Cambios beneficiosos
En 1984, cuando Yang tenía 33 a?os, perdió la vista y su pierna izquierda debido a una explosión durante la construcción de un puente cerca de Baiguoshu.
A raíz de este accidente, su esposa Ruan tuvo que convertirse en el sostén de la familia, y además cuidar de su marido y sus dos hijos. Sin embargo, en 2004 ella sufrió una fractura lumbar severa cuando cayó de un árbol mientras recogía casta?as para venderlas. Quedó postrada en silla de ruedas.
Su hijo trabaja en la provincia de Guangdong. Y hasta hace poco tiempo, la hija -que vive en un pueblo vecino- era la que les cocinaba, limpiaba e incluso les asistía para usar el inodoro.
"Traté de cocinar, pero la estufa era demasiado alta para el nivel de mi silla de ruedas", precisó Ruan, mostrando una serie de cicatrices que sufrió cuando intentó cocinar.
Ahora, la estufa y encimeras de nivel inferior le facilitan la preparación de alimentos, lo que significa que ella y Yang son menos dependientes de su hija. Cada ma?ana, Ruan guía a Yang a la cocina para que ella prepare el desayuno. Ella también se asegura de que Yang sepa a dónde va cuando hay que usar la rampa para salir y disfrutar de temperaturas más frescas al aire libre.
Además, los pasamanos les ayudan a utilizar el inodoro especial, que es más limpio y más seguro que las letrinas tradicionales. La nueva independencia de la pareja ha fortalecido su autoestima. Anteriormente, Yang utilizaba como inodoro una olla que tenía en el dormitorio, método que además de insalubre era potencialmente peligroso.
Una vez Yang golpeó la olla y se salpicó con sus propios excrementos.
"En ese momento deseé no haber sobrevivido a la explosión", recuerda.
Los 3.500 renminbi que costó las nuevas habilitaciones de la casa de este matrimonio fueron cubiertos por la sucursal local de la Federación de Discapacitados de China.
Además de la rampa y otros cambios en la infraestructura física, la pareja recibió aparatos especiales para cocinar, como un hervidor de agua dise?ado para que los líquidos calientes no puedan quemar al usuario y una olla equipada con un chip de voz que explica la función de cada botón en la consola y permite a las personas ciegas cocinar con seguridad.
Durante una conferencia de prensa celebrada el 25 de julio, Zhou Jian, director adjunto del departamento de derechos de la Federación de Discapacitados de China, informó que el programa de renovación ha sido financiado con fondos proporcionados provenientes de la lotería nacional. En los últimos cinco a?os se han beneficiado más de 2,1 millones de familias.
A pesar de eso, las necesidades aún superan las posibilidades, a?ade Zhou. "Estimamos que hay 3,3 millones de familias afectadas por la pobreza que todavía necesitan ayuda. Buscaremos más apoyo financiero para expandir la cobertura del programa", prometió.
Introduciendo mejoras
China comenzó a mejorar el acceso de los discapacitados en 1989, cuando la Federación se asoció con el Ministerio de Asuntos Civiles y el entonces Ministerio de Construcción para establecer normas para las carreteras y edificios urbanos que contemplaran el acceso de los discapacitados.
Las normas, que establecen parámetros como los gradientes de los caminos urbanos y el ancho de las puertas en los edificios públicos, marcan el inicio de la obligación de generar acceso a los minusválidos en los espacios públicos. Los dise?os que no respetaban estos requisitos fueron rechazados.
La causa se vio impulsada más aún durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Era la primera vez que se celebraban los grandes juegos en China, lo que significaba que el país y su infraestructura estaban sometidos a un intenso escrutinio internacional.
En respuesta, Beijing y otras grandes ciudades invirtieron para mejorar el acceso de los discapacitados al transporte público y a los centros deportivos. Las cifras oficiales demuestran que 14.000 proyectos relacionados con la accesibilidad se llevaron a cabo en Beijing entre 2001 y 2008, superando el número emprendido a nivel nacional en las dos décadas anteriores.
El “a?o olímpico” consideró revisiones a las leyes relacionadas con la discriminación contra los discapacitados. También adicionó reglas más detalladas para indicar la accesibilidad en los planes de construcción.
En 2012, el país lanzó su primer reglamento específico para asegurar el acceso de los minusválidos en los espacios públicos. Posteriormente, varias ciudades promulgaron legislaciones que permitía que los perros guías pudieran viajar en los metros junto a sus propietarios.
Mejor acceso
Sin embargo, a pesar de los 30 a?os de trabajo, la falta de acceso a edificios importantes o remodelaciones mal concebidas provocan que pocos de las 85 millones de incapacitados registrados en China puedan visitar muchos lugares públicos de alto interés.
Los ascensores son todavía un lujo en algunas estaciones de metro, mientras que el pavimento táctil para guiar a las personas ciegas suelen terminar contra una pared o quedar bloqueados por farolas mal situadas. Además, algunas rampas para sillas de ruedas son demasiado empinadas y muchos puestos de aseo para discapacitados carecen de pasamanos.
Según una encuesta realizada en el 2012 por la Federación, sólo un tercio de las instalaciones de Beijing -supuestamente accesibles- se ajustan a las normas internacionales. Por otra parte, casi un 70 por ciento de los ciudadanos chinos discapacitadas que viven en diversas zonas del país han expresado su descontento con el acceso en los espacios públicos.
Por otra parte, el aparcamiento irresponsable y la ola de bicicletas compartidas que dejan parqueadas en cualquier lugar conspiran contra el acceso de los discapacitados, fustigó Nie Zhongyuan, profesional de los medios de comunicación que ha dirigido tres anuncios televisivos que buscan sensibilizar el correcto uso de tales comodidades.
Nie, de 29 a?os, considera que en las instalaciones comunitarias la situación está en su peor momento, ya que es esencial que las personas discapacitadas tengan acceso adecuado a las calles, el transporte y los centros comerciales. El insuficiente acceso a las propiedades residenciales significa que pocas personas discapacitadas abandonan sus hogares, por lo que entran en un círculo vicioso y nunca se dejan ver.
"Cuando no vemos una situación, tendemos a ignorarla. Por lo tanto, los discapacitados se están convirtiendo en ciudadanos “invisibles”. Y como no es común verlos en las calles, ahora los encuentro con ellos son chocantes, incluso aterradores para algunas personas”, a?adió Nie, director de Huagan Creative Communication, empresa de Nanchang, en la provincia de Jiangxi.
"Es por ello por lo que los discapacitados consideran que no son miembros de la sociedad, que no son necesarios y que no son amados. "
Renacimiento rural
La falta de acceso a las instalaciones comunitarias es mucho más grave en el campo, aunque el 70 por ciento de las personas discapacitadas vivan en zonas rurales. La conciencia sobre la necesidad de generar accesos y ofrecer la inversión adecuada es mucho menor que en las zonas urbanas. Los expertos consideran que la construcción de instalaciones accesibles en las áreas rurales requerirá de otros factores más allá de elevar los niveles de vida e impulsar la autoestima.
“Las renovaciones y las mejoras en el hogar ayudan a que los responsables de las personas discapacitadas tengan más libertad debido a que sus familiares tienen un mayor nivel de acceso, lo cual es importante en un momento en que el país está trabajando para erradicar la pobreza extrema y revitalizar las zonas rurales”, insistió Sun Yiping, director adjunto del Instituto de Desarrollo de la Accesibilidad, afiliado a la Universidad Tsinghua.
"Cerca del 40 por ciento de la población pobre está deshabilitada en diferentes grados", aseguró, y a?adió que la eliminación de las barreras ayudaría a las personas discapacitadas a salir de sus hogares y ganarse la vida.
"Las personas discapacitadas en las zonas rurales necesitan herramientas prácticas y no estéticas. Especialmente el grupo de bajos ingresos. Además, obliga a mantener los precios bajos."
También observó las dificultades que se avecinaban para el trabajo de renovación en zonas aisladas.
"Muchos aldeanos y funcionarios locales no consideran que invertir en generar este tipo de accesos sea algo importante. Eso, en primer lugar, podría perjudicar el entusiasmo a la hora de asumir la tarea", precisó.
"Las circunstancias en las zonas rurales son a menudo más complejas que en las ciudades, especialmente en las regiones monta?osas o arables, y entre los funcionarios locales se necesitan cabezas sabias para aprovechar al máximo el capital”, indicó Nie y destacó la importancia de sensibilizar a los residentes de las zonas rurales y urbanas. Para él, dichas autoridades no sólo deberían garantizar el acceso a los edificios públicos y otras comodidades e instalaciones, sino también capacitar sobre el uso correcto de estas facilidades.
"Las leyes y los reglamentos deben formularse para asegurar que tales instalaciones no sean mal utilizadas o da?adas", enfatizó. "Además, hay que mejorar la cobertura mediática para instruir a las personas sobre la igualdad de derechos y crear un ambiente social solidario."