Por Noemí Galbán
LA HABANA, 4 jun (Xinhua) -- El senador republicano Jeff Flake aseguró este lunes que desea que en el futuro se renueven las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, a pesar del actual retroceso debido a las disposiciones de la administración de Donald Trump.
En una rueda de prensa esta tarde en La Habana, el legislador estadounidense lamentó la situación y comentó que en las reuniones sostenidas con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y otras autoridades de la isla, apreció disposición para restablecer el acercamiento que tuvieron ambas naciones.
"He estado muy a favor de una mayor cooperación, más viajes, una mejor comunicación entre los Estados Unidos y Cuba. Hemos tenido algunos reveses y esperamos que al avanzar podamos volver al momento en que ambas naciones cooperaron en profundidad", afirmó Flake.
De igual forma confesó a los medios nacionales e internacionales presentes en el encuentro que espera que, en el futuro, los países vecinos puedan encauzar nuevamente el rumbo hacia una convivencia pacífica y respetuosa, tal y como ha demandado La Habana a Washington durante décadas.
Es algo que no ocurrió hasta diciembre de 2014, cuando los entonces presidentes Raúl Castro de Cuba y Barack Obama de Estados Unidos, anunciaron al mundo que tras 18 meses de conversaciones secretas, ambos Gobiernos habían decidido restablecer las relaciones diplomáticas suspendidas por más de medio siglo.
"Tengo la esperanza de que veremos un mayor número de viajeros norteamericanos, mayor acercamiento, acuerdos comerciales. He sido un defensor de que las compa?ías estadounidenses obtengan licencias para operar en Cuba, muchas lo han hecho y eso ciertamente las ha beneficiado a ellas y al pueblo cubano también", destacó.
Flake se refirió, en este sentido, a los avances registrados con la empresa norteamericana Google, que ya tiene un convenio firmado con Cuba desde diciembre de 2016 relacionado al caché de proxy, que permite un acceso más fácil a los datos.
El senador manifestó que Google ha estado muy interesado en estrechar sus vínculos con La Habana, de ahí la participación de su presidente ejecutivo, Eric Schimidt, en los diálogos con Díaz-Canel y otras autoridades cubanas.
"Nos gustaría hacer más y tener una mayor relación con Cuba en términos de conectividad a Internet. Mi impresión es que la parte cubana entiende la importancia de proporcionar un mayor acceso a Internet y están trabajando en ello", dijo Schmidt.
De igual forma ambos visitantes coincidieron en que potenciar la conectividad a Internet en la isla ayudará a "impulsar" las estancadas relaciones bilaterales.
Con este objetivo, ambas partes están elaborando propuestas que no excluyen un nuevo acuerdo entre Cuba y Google y una posible conexión a un cable de fibra óptica norteamericano.
Actualmente la isla se encuentra enlazada a un cable con base en Venezuela que provee de un mayor ancho de banda en la navegación en Internet a costos más económicos que la anterior vía satelital, a la cual estaba obligada Cuba debido a las restricciones impuestas por Washington.
"Los beneficios de Internet para el mundo son extraordinarios y es importante que los cubanos tengan acceso a Internet al mismo nivel o incluso mejor que los demás. Es importante para el desarrollo del país, la seguridad, la educación, las industrias médicas, la salud y muchos otros sectores", insistió Schmidt.
De acuerdo con cifras oficiales recientes, en la isla existen más de 1.600 áreas públicas de acceso a internet, 673 de ellas son zonas wifi y 27.316 usuarios ingresan a la red de redes desde su casa mediante el Nauta Hogar, un programa de la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECTSA).
Asimismo en los dos últimos a?os se ha incrementado la penetración a Internet en un 38,77 por ciento y más de 4 millones de cubanos accedieron en 2017.
Finalmente el senador republicano reiteró que a pesar de que el tema central de las conversaciones fue la conectividad, otros aspectos importantes fueron los desafíos que han surgido tras la investidura de Trump en enero de 2017 y los viajes de los norteamericanos a la isla.
En el último a?o, las cifras de visitantes provenientes de esa nación norte?a han descendido luego de un exponencial aumento entre 2015 y 2017, cuando más de 650.000 ciudadanos estadounidenses estuvieron en Cuba.
"Las reglas han cambiado pero los norteamericanos aún pueden viajar a Cuba y queremos enfatizar eso y todavía es de fácil acceso. Quiero asegurarme de que los estadounidenses sepan que es seguro viajar hasta aquí, que ese mensaje sea más conocido y esa también es parte del motivo de esta visita", apuntó.
Flake ha estado en La Habana en varias ocasiones, la última de ellas en noviembre de 2014, cuando viajó acompa?ado del demócrata Tom Udall y ambos se entrevistaron con el canciller, Bruno Rodríguez y con altos funcionarios de los ministerios de Trabajo y de Economía.
No obstante, esta es la primera delegación de Estados Unidos con la que se reúne Miguel Díaz-Canel desde que asumió la presidencia de la isla en abril pasado.
La Habana y Washington restablecieron relaciones diplomáticas en el verano de 2015, cuando fueron oficialmente reinauguradas las Embajadas de ambos países en las respectivas capitales, luego de 56 a?os de distanciamiento y hostilidad.
En los a?os sucesivos ambas naciones firmaron más de 20 acuerdos de cooperación y se celebraban reuniones bilaterales con frecuencia que dieron un impulso a los hasta entonces tirantes vínculos en el inicio de un proceso hacia la normalización de los nexos bilaterales.
Sin embargo, todo esto cambió el a?o pasado cuando Trump decidió de manera unilateral retroceder sustancialmente lo alcanzado al limitar el comercio y los viajes con esta nación caribe?a.
Del mismo modo las tensiones políticas se intensificaron debido a las acusaciones de la Casa Blanca de supuestos "ataques sónicos" que perjudicaron la salud de una veintena de diplomáticos norteamericanos de misión en la isla.
A pesar de que las investigaciones no han arrojado evidencias de la legitimidad de esa acusación, Trump insiste mientras el Gobierno de Cuba critica la "politización" de dicha "excusa" pero mantiene su disposición a dialogar y encauzar las relaciones con base en el respeto y la igualdad.