Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 7 feb (Xinhua) -- La bolivianización financiera, la emisión de bonos en el mercado internacional, la estabilidad de las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la recuperación de precios de las materias primas hacen sostenible y controlable el déficit fiscal, según economistas y el gobierno de Bolivia.
El analista y director de la Fundación Milenio, Henry Oporto, el economista y ex funcionario del Banco Central de Bolivia (BCB), Luis Ballivián, y el viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Jaime Durán, explicaron en entrevista con Xinhua las razones sobre el elevado déficit fiscal y las acciones para sostener el indicador macroeconómico.
Proporcionalmente, el déficit fiscal de Bolivia en 2017, del 7,4 por ciento respecto del Producto Interno Bruto (PIB), fue el mayor a la media registrada en la región, según datos proporcionados por el Ministerio de Economía.
En el caso de América Latina y el Caribe, la media del déficit fiscal llegó a 3 por ciento del PIB en 2017, de acuerdo con un informe publicado por el Banco Mundial.
El déficit de Bolivia en 2016 se situó en 6,7 por ciento como proporción del PIB.
En 2017 se presupuestó 7,8 por ciento, pero se cerró con el 7,4 por ciento y en 2018 se proyecta el 8,32 por ciento.
Durán explicó que por las políticas aplicadas del modelo económico social y productivo las cuentas fiscales mostraron un superávit, pero que debido al contexto económico internacional desfavorable, con baja de precios de los hidrocarburos y la desaceleración de los socios comerciales, desde 2014 se registraron déficits fiscales controlados.
"A pesar de la caída de ingresos del gas y gracias al ahorro proveniente del superávit de gestiones pasadas, se continuó impulsando la inversión pública y financiado políticas de protección social", manifestó.
Explicó que el origen de esa brecha del déficit obedeció a la inversión en proyectos y la importación de bienes de capital y a que no proviene del gasto corriente.
Para el economista Ballivián, el 7,4 por ciento del déficit fiscal es manejable para el tama?o de la economía de Bolivia.
Observó que el problema es cómo se financia ese déficit.
"Hay que ver con optimismo la recuperación de los precios de los minerales y el petróleo, esa posibilidad de que los ingresos provenientes de la renta petrolera se recuperen en los niveles de 2013 y 2014", aseveró.
Consideró importante que el gobierno emita bonos soberanos por 1.000 millones de dólares para lograr ganancias.
"Debemos seguir manteniendo un tipo de cambio estable, incrementar las reservas internacionales con la recuperación de los precios del petróleo y los ingresos por la entrada en operaciones de la nueva planta de urea", aseveró.
Oporto manifestó que la bolivianización y el tama?o de la economía son dos factores que se considera fundamentales para que no genere preocupación este déficit.
"Es importante mantener inalterable el tipo de cambio respecto del dólar, la fortaleza de la moneda nacional le brinda certidumbre a las operaciones financieras en el país", agregó.
"Bolivia puede aguantar un déficit fiscal de entre 10 y 12 por ciento, que todavía puede ser manejable, aunque no es recomendable", agregó.
El economista manifestó que la brecha se debe a que los gastos se han elevado, hay menores ingresos y la ejecución de inversión es baja.
Alertó que el déficit de 8,3 por ciento que se tiene previsto para 2018 confirma que la economía está amenazada por serios desequilibrios externos.
En 2002, el déficit llegó a 8,8 por ciento por el gasto corriente, aunque no hubo buenos ingresos por la venta al exterior el gas natural.
El gobierno programó en el Presupuesto General del Estado 2018 un déficit fiscal de 8,3 por ciento.
Este porcentaje se aproxima al nivel más alto registrado desde 2002.
Durán explicó que la diferencia es que en esa época el país no gozaba de los elevados ingresos producto del boom de precios del petróleo de los últimos a?os, tampoco se tenía el Impuesto Directo a los Hidrocarburos.
Argumentó que la brecha fiscal 2018 no responde a un crecimiento de los gastos, sino a una mayor inversión. Fin