BEIJING, 28 oct (Xinhua) -- El último impedimento puesto por Berlín al intento de una empresa china de comprar un productor alemán de lámparas supone otra se?al de que todavía circula una fobia hacia China.
La revista económica local Wirtschafts Woche informó el jueves de que el Ministerio de Economía de Alemania ha suspendido una oferta de varias compa?ías chinas para tomar control del fabricante de iluminación Osram. Berlín lo rechazó al principio y luego decidió revisar la adquisición, lo que se demorará meses.
Esta alarmante acción se produjo solo días después que Berlín, sin explicación, reabriese la revisión de la venta del fabricante de semiconductores alemán Aixtron a una compa?ía china por "preocupaciones de seguridad", en una anulación repentina del certificado con el visto bueno emitido el mes pasado y que confirmaba la credibilidad del comprador.
El repetido escrutinio por parte de Alemania de los acuerdos con los inversionistas chinos no es un buen presagio para los compradores potenciales de otras partes del mundo.
Si continúa esta interferencia incesante del Gobierno, los contribuyentes alemanes soportarán el peso de la incertidumbre que genera su Gobierno y su desconfianza hacia las políticas comerciales globales. Los actos proteccionistas del país podrían dejar a sus empresas en problemas sin oportunidades de recuperación gracias a los capitales extranjeros.
Durante a?os, Alemania ha disfrutado de la reputación de ser uno de los exportadores líderes del mundo y de los principales beneficiarios del libre comercio. Es más que desalentador ver al país cada vez más inclinado a establecer barreras para las empresas chinas, lo que provoca que los inversores mundiales cuestionen la sinceridad de Berlín a la hora de asegurar un ambiente de inversión abierto y transparente.
En los últimos a?os se ha visto un deterioro del ambiente de inversión en Alemania.
Según datos publicados recientemente por el Banco Central de Alemania, en los últimos siete a?os los negocios no financieros alemanes prefirieron sentarse y ver cómo sus ahorros se acumulaban por el mastodóntico total de 50.040 millones de dólares estadounidenses, en lugar de invertir en el país.
Muchos alemanas están preocupados porque a las empresas chinas solo le interese "robar" tecnologías y empleos a través de sus adquisiciones. En realidad, existen múltiples ejemplos exitosos que han probado que estas preocupaciones son tan equivocadas como innecesarias.
En lugar de buscar logros a corto plazo, las empresas chinas ahora prefieren localizar sus estrategias y promover marcas adquiridas en China a fin de obtener resultados de beneficio mutuo.
Después de intervenir en una serie de ofertas chinas en menos de una semana, es hora de que Berlín abandone su paranoia delirante sobre la "amenaza china", y ayude al mundo salir de la pobre recuperación económica que padece.