La economía brasile?a sufrirá una contracción de alrededor de 1 por ciento en el tercer trimestre del a?o, según las previsiones presentadas hoy a la prensa por el Itaú Unibanco, la mayor entidad financiera privada del país y de América Latina.
El Itaú Banco revisó a la baja las proyecciones de crecimiento económico, al pasar de 0,5 por ciento en la previsión anterior, a 1 por ciento, debido al mal momento que atraviesa el sector automotor y el de alimentos, fruto de la recesión económica en el país.
El nuevo economista en jefe del Itaú Unibanco, Mario Mesquita, quien sustituyó en el cargo a Ilan Goldfajn, elegido por el presidente de Brasil, Michel Temer, para comandar el Banco Central, aseguró que si se cumple la previsión, deberá empeorar la proyección sobre la recesión económica de Brasil este a?o.
En su primera aparición ante periodistas, Mesquita aseguró que el Itaú proyecta una caída del Producto Interior Bruto (PIB) este a?o de 3,2 por ciento, mientras que para 2017 debe recuperarse y crecer un 2 por ciento.
Para Mesquita, el resurgimiento de la producción industrial será la primera se?al de recuperación de la economía brasile?a, tras varios trimestres en negativo, mientras que el empleo y el consumo de las familias sólo volverán a crecer a partir del a?o que viene.
El banco privado prevé también mayor desempleo hasta mediados de 2017, que actualmente es del 11,8 por ciento, equivalente a más de 12 millones de personas de la población económica activa (109,8 millones).
"El mercado de trabajo no mejorará tan rápido", agregó la entidad, al asegurar que el índice de desempleo alcanzará el 12,6 por ciento.
En tanto, la recuperación más intensa del consumo sólo debe producirse en 2018.
"El próximo a?o todavía será contenido el consumo debido al mercado de trabajo que todavía estará debilitado", pronosticó.
El jefe de economía del mayor banco privado de América Latina, que cuenta con presencia en 20 países, dijo que para que Brasil vuelva a crecer es imprescindible que el Congreso apruebe el duro ajuste fiscal propuesto por el presidente Temer.
Según Mesquita, tanto la recuperación del PIB como la estabilidad del dólar, de la inflación y de la deuda pública dependen de que las medidas lanzadas por el gobierno sean aprobadas en el Congreso, así como la congelación de los gastos públicos durante los próximos 20 a?os y la reforma de la sistema de pensiones.
El Itaú proyectó que Brasil cerrará el a?o con una deuda pública equivalente al 71 por ciento del PIB, superior al 50 por ciento del PIB de hace cuatro a?os, y que sólo se estabilizará a partir de 2020, cuando llegue al 80 por ciento.
Mesquita alertó que "la deuda brasile?a está explotando", lo cual puede suponer que las agencias de clasificación de riesgo tarden más de siete a?os en devolverle el "grado de inversión" que Brasil perdió a finales del a?o pasado.