Japón paga por hacer llorar y luego enjugar las lágrimas |
Fuente:agencias
Tokio,26/08/2016(El Pueblo en Línea)-El título del facilitador del llanto es algo inusual: ikemeso danshi o "ni?o lindo llorón". Es un experto y lo contratan para que una serie de compa?eros de trabajo de una empresa se reúnan y logren llorar, reporta BBC Mundo.
En la sesión, lo primero que presenta son videos detrágicas y lastimosas historias. El facilitador llorainconsolablemente para motivar los sollozosde sus estudiantes. A los 15 minutos, la mitad de la sala mira a la pantalla con lágrimas rodando por sus mejillas.
La otra parte del ritual del “ni?o lindo llorón" es caminar alrededor de la sala y con un enorme pa?uelo de algodón, enjugar suavemente las lágrimas de la cara de la gente.
Ryusei se toma muy seriamente su papel de enjugador de lágrimas durante sus talleres.
"Antes no había practicado lo suficiente, así que no podía llorar fácilmente y eso significaba que los asistentes tampoco podían llorar. Pero ahora todo es mucho mejor. Puedo llorar y los otros me siguen".
Ryusei estas sesiones con el único propósito de hacer que la gente llore.
"Los japoneses no están acostumbrados a llorar en frente de la gente. Pero una vez que tú lloras, el ambiente cambia, particularmente en una empresa".
El concepto es que si muestras tu vulnerabilidad logras acercar a la gente ypueden trabajar mejor como equipo.
El facilitador de hoy, Ryusei, es conocido como "ni?o llorón lindo pero algo viejo". Los otros ni?os llorones están en sus 20 a?os, pero él se acerca a los 40.
En Tokio, otras compa?ías han lanzado proyectos similares, como sesiones de abrazos no sexuales y servicios para rentar un amigo.
Los talleres de llanto fueron idea de Hiroki Terai, un empresario determinado en lograr que los japoneses expresen sus emociones.
"Siempre me han interesado lo que esconden los seres humanos", afirmaHiroki Terai
Todo comenzó cuando Hiroki tenía 16 a?os. No tenía amigos en la escuela y comía su almuerzo en un cubículo solitario.
Fue una época difícil, recuerda: "Fue en ese momento cuando sentí que comencé a descubrir más sobre las verdaderas emociones de la gente, porque en la superficie están sonriendo, pero no siempre se sienten así".
Su primer proyecto fue dirigir ceremonias de divorcio para parejas cuyos matrimonios habían terminado.Las parejas afirmaban que llorar era el momento más catártico de la ceremonia, y entonces Hiroki decidió establecer en 2013 el negocio de facilitar el llanto.
"La gente que trabaja en compa?ías no suele expresar sus opiniones ni sentimientos.Pero sé que después de que lloras y dejas que la gente vea tu vulnerabilidad, puedes relacionarte mejor con otras personas y eso es bueno también para la empresa", concluye Hiroki.