La escuela donde yo practico se llama Shen-ao, que signfica algo así como “misterioso”. En la foto, de izquierda a derecha: Carlos Castillo, elmaestro Li y la esposa de Castillo. (Foto: Archivo de Carlos Castillo)
?Alguna anécdota sobresaliente?
Después de tantos a?os, tengo muchísimas anécdotas. En una ocasión el padre de uno de mis alumnos, que es experto en Fengshui, me invita a comer como una forma de agradecimiento. Nos sentamos a la mesa. Después de toda la etiqueta que conlleva sentarse a la mesa, se sirven los platos y me doy cuenta que el plato con el pollo -incluida su cabeza- apuntaba hacia mi. Le doy la vuelta a la mesa para alejarlo (la mesa es circular y giratoria), y la cabeza del pollo regresa nuevamente a la misma posición. Al cabo de un rato, el padre de mi alumno me dice que yo soy el invitado de honor y que hasta que yo no me coma la cabeza del pollo nadie puede empezar a comer. Entonces cogí la cabeza del pollo y de di tres mordidas y todo el mundo muy alegre y a disfrutar.
Otra anécdota me ocurrió en la escuela donde yo trabajaba como profesor. Tenía clases con ni?os peque?itos. Llegué temprano y la profesora china no había llegado aún. Para entrar en confianza, me puse a hablar con los ni?os en idioma chino y de pronto uno de los ni?os me dice: Hoy viene un profesor extranjero a darnos clases y tenemos miedo. Sigo conversando con ellos. En eso, llega la profesora china y les pregunta… ?Bueno, qué les parece el profesor extranjero? Y ellos, que hasta ese momento estaban felices hablando conmigo, me miran y rompen a llorar y a llamar a sus padres.
?Te quedas en China para siempre?
Mi plan es continuar en China, superándome en Taijiquan. Ya solo me queda por vencer dos formas de armas dobles. Cuando lo logre, ya tengo todo el currículum vencido aunque el estudio de un arte marcial no termina nunca.
Es muy probable que dentro de dos a?os regrese a San Juan y Martínez, pues mis padres están ya muy viejitos y quisiera estar con ellos. Además, me gustaría mucho poder crear una escuela en Cuba y seguir desarrollando el estilo Chen de Taijiquan.
El maestro Gaolong consulta el reloj, se arregla la larga trenza china y termina su Mojito. En 10 a?os de incesante práctica, no solo ha ganado dos importantes medallas de oro y otros muchos reconocimientos en el Taijiquan. Porta la sabiduría de los elegidos, la alegría del que ha encontrado un tesoro y la paciencia del que no tiene tiempo que perder. Pronto abordará el tren que lo regresará a Wuhan, su segundo San Juan y Martínez, al que tanta historia y vida le unen para siempre.