Por Zhao Xinying y Liu Kun
Wuhan, 15/04/2020 (El Pueblo en Línea) - Una se?ora de 102 a?os que se ha recuperado del COVID-19 está siendo bien atendida en un centro de rehabilitación en Wuhan. Durante su estancia ha desarrollado una buena relación con las enfermeras, que la tratan como si fuera su propia bisabuela.
A finales de febrero, a Xiong se le diagnosticó el COVID-19. No presentaba síntomas graves, y a mediados de marzo fue dada de alta y trasladada a un centro de rehabilitación en el Hospital Ruihua, en el distrito Wuchang de Wuhan. Ella necesita recibir cuidados adicionales debido a su hipertensión, su padecimiento coronario y la debilidad de sus huesos.
En Wuhan hay un total de ocho personas de más de 100 a?os que se contagiaron con el nuevo coronavirus. Siete de ellos, incluyendo a Xiong, ya se han recuperado.
Ella, que es atendida por dos enfermeras, es la interna de más edad que tiene este centro médico. Liu Yaqi, de 20 a?os, es una de las responsables de cuidarla. Todos los días a las 11 de la ma?ana, Liu asiste a Xiong en el lavado de manos y pies, y le cambia el pa?al.
"Muchas gracias", le expresa Xiong, sosteniendo las manos de Liu entre las suyas y regalando a la joven un pulgar en alto como muestra de gratitud.
"Todos la tratamos como si fuera nuestra propia bisabuela", asegura Liu. "Nos ocupamos de su día a día, y charlamos con ella. Es una mujer divertida, con una actitud alegre y a veces hasta nos cuenta chistes."
Sin embargo, cuando Xiong fue transferida por primera vez al centro de rehabilitación, era una persona totalmente diferente. Durante varios días estuvo impávida y parecía sentirse infeliz.
"En ese momento no podía adaptarse al nuevo entorno y era reacia a comer", recordó Liu. "Incluso levantó su pu?o hacia nosotros, pensando que nos amenazaba de muerte."
Liu no le dio la espalda a la situación. Se puso en contacto con el hijo mayor de Xiong y los ayudó a disfrutar de una llamada con videoconferencia. Xiong logró disipar su ansiedad y se animó. Después de un mes de cuidados, la anciana de 102 a?os goza de buen humor y buena salud.
"Ahora, cuando hacemos las rondas por la sala, la abuela Xiong nos habla y coopera para ayudarnos a hacer un buen trabajo", afirma Liu.
Xiong también está tratando de cuidarse y reducirle carga a las enfermeras. Aunque tiene dificultades para moverse debido a su avanzada edad, insiste en comer por su cuenta.
"No soy una discapacitada ni necesito que otros me alimenten. Puedo hacerlo sola", asegura.
Antes de cada comida, Liu le pregunta a Xiong qué quiere y pone todos los platos que seleccionó en una peque?a mesa sobre la cama. "Le gusta especialmente la comida dulce", indica Liu, quien se siente feliz de ver que la abuela Xiong va mejorando.
A pesar de haber terminado la cuarentena, Liu considera que Xiong se quedará con ellos unos días más porque el centro de cuidados para ancianos en el que vivía Xiong antes de contraer COVID-19 fue cerrado por la epidemia.
"La abuela Xiong es como mi familia. Todos los días le deseo la mayor felicidad posible", concluyó Liu.