EEUU, 23/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Cuando Rob Spence tenía nueve a?os se dio un culatazo con la escopeta de su abuelo y se quedó ciego del ojo derecho. Así desapareció su capacidad de visión periférica y la falta de profundidad se volvió la razón de su torpeza a la hora de moverse. Poco a poco se fue adaptando a su carencia y transformó su vista en su principal herramienta: se hizo director de cine, según La Vanguardia.
Su ojo da?ado empezó a enfermar, se hinchaba y se deterioraba: “Me dijeron que tenía que reemplazar mi ojo derecho por uno de cristal y fue en ese momento cuando empecé a investigar sobre cámaras oculares”, cuenta Spence.
Así fue como su vocación lo llevó a reemplazar su prótesis ocular por una cámara de vídeo inalámbrica de unos 25,75 mm (la misma medida que el diámetro de una moneda de dos euros), que le permite grabar hasta 30 minutos.
Spence, que vive en Ontario (Canadá) donde graba sus documentales, es conocido porque se llama a sí mismo eyeborg, palabra que surge de la unión de eye (ojo en inglés) y cíborg (ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos).
(Web editor: Elena G., Rosa Liu)