Tras 10 a?os de gobierno, Rafael Correa deja un Ecuador diferente, con un mayor progreso, menos pobres y un producto interno bruto (PIB) que pasó de 51.000 a 100.000 millones de dólares.
Correa llegó al poder abanderando el llamado socialismo del siglo XXI, sobre el que se ha fundamentado la "Revolución Ciudadana", el proyecto político que instauró en la nación andina.
"Uno de los desafíos del siglo XXI es lograr la supremacía del ser humano por sobre el capital", ha sido su postulado en varios foros internacionales.
Ma?ana miércoles 24 de mayo, Correa dejará el poder en manos de Lenín Moreno, del gobernante partido Alianza PAIS (AP).
Correa, economista de profesión, enfocó su gestión en la última década a atender las necesidades de los más pobres y marginados del país, donde radicó su mayor apoyo.
En un país con unos 16 millones de habitantes, el presidente saliente logró sacar de la pobreza a dos millones de ecuatorianos.
El índice de pobreza disminuyó de 36,74 a 25,35 por ciento de la población y se logró reducir la desigualdad en la distribución de ingresos.
Correa impulsó un ambicioso plan vial que llevó a Ecuador a ser catalogado como uno de los países de América Latina con mejores carreteras.
El mandatario también logró que el país alcanzara la soberanía energética con la construcción de hidroeléctricas, que le permitirán ser exportador de energía por primera vez en la historia.
Además, mejoró la atención en salud y educación, y sextuplicó la inversión pública entre 2006 y 2012 alcanzando los 11.118 millones de dólares, la mayor en la historia del país.
En entrevista con Xinhua, el analista internacional Milton Reyes, dijo que Correa deja un país con una "mejor distribución de la riqueza entre ricos y pobres, así como el acceso a mejores oportunidades en salud y educación".
"Se evidencia un ascenso social de ciertos grupos que estaban estructuralmente marginados, se ha mejorado la calidad de vida de las personas, la clase media está mejor que hace 10 a?os", dijo el también investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales.
"Por supuesto que deja un Ecuador diferente, basta ver los indicadores socioeconómicos", enfatizó.
Con una política económica contraria al neoliberalismo, la economía duplicó su tama?o y Ecuador pasó de ser un país de renta baja a uno de renta media.
Correa atribuye los logros alcanzados a un "cambio en las relaciones de poder" que "recuperó el control de los ciudadanos sobre el capital y de la sociedad sobre el mercado".
La política económica debió "liberar al Estado de los grupos de poder que lo controlaban", dijo el mandatario saliente, quien realizó cambios en la institucionalidad y las leyes.
"Por a?os los grupos de poder nos han hecho creer que todo en economía es un asunto técnico y no político y han abstraído esa relación de poder dentro de la sociedad para hacernos funcionales a los poderes dominantes", sostuvo.
Sin embargo, sus opositores sostienen que los logros no se hubieran alcanzado sin la mayor bonanza de petróleo de la historia del país que gozó el gobierno de Correa, a quien acusan de no haber ahorrado para la época de "vacas flacas".
A criterio del analista económico Alberto Acosta Burneo, "durante esta década de bonanza se priorizó el bienestar de corto plazo sin importar el bienestar a largo plazo".
El experto apuntó que ello llevará al nuevo gobierno "a tener que ajustar la economía a la nueva realidad, donde los gastos son excesivos frente a los ingresos que se tiene".
El petróleo es el principal producto de exportación del país, el socio más peque?o de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que financia parte del Presupuesto General del Estado.
Ecuador recibió 77.530 millones de dólares por exportaciones petroleras entre 2007 y 2013, con un promedio del precio del crudo de 74,09 dólares, pero a partir de 2014 debió enfrentar el desplome de precios en el mercado internacional.
Otros problemas que se presentaron fueron la apreciación del dólar, moneda que circula en Ecuador.
Correa llamó a esta situación "la tormenta perfecta", sumada a un devastador terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que dejó 673 muertos en la costa del Pacífico ecuatoriano el 16 de abril de 2016.
Pese a ello, el mandatario aseguró recientemente que el país ya salió de la recesión y que ha comenzado a mostrar signos de recuperación, por lo que deja una economía estabilizada y en franco crecimiento.
Durante su gobierno, Correa dejó atrás las recetas "neoliberales" y las impuestas por los organismos internacionales a las que culpa del atraso de Ecuador en el pasado, y optó por un manejo soberano de la política económica.
El presidente renegoció la deuda externa y los contratos con petroleras extranjeras, y además mejoró la eficiencia en la recaudación tributaria.
Correa llama la "Década Ganada" a los logros alcanzados, mientras sus opositores la consideran como la "Década Perdida".
Rafael Correa es el presidente que más ha durado en el último siglo al mando de Ecuador, que llegó a tener siete mandatarios entre 1997 y 2007 en medio de una grave inestabilidad política.
El mayor logro, según ha dicho Correa, es que el pueblo tiene ahora la moral en alto, ha recuperado la autoestima y la esperanza.
Ha habido "una etapa de vigorización, de revitalización democrática", opinó el analista político Augusto Barrera.
Correa, quien gobernó con un estilo frontal y marcó un liderazgo, sepultó a la llamada "partidocracia", como llama a la oposición, al conseguir en 2007 el apoyo ciudadano en un referéndum para formar una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución y refundar a la nación.
En 2008, el presidente logró la aprobación de la nueva Constitución que reemplazó a la de 1998, marcando un punto de quiebre entre la vieja y la nueva historia del país.
Correa logró, además, la aprobación de leyes clave gracias a la mayoría oficialista que tuvo en la Asamblea Nacional (Poder Legislativo), y más de una decena de victorias en las urnas.
Estas victorias incluyen sus dos reelecciones (2009 y 2013), y consultas populares sobre temas de interés nacional, entre ellos, la reestructuración del sistema judicial y la aprobación de una Ley de Comunicación.
En política exterior, Correa dio prioridad a la soberanía y a la integración regional en instancias como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celac).
El presidente saliente, además, afianzó los nexos de cooperación con Europa y Asia, en especial con China.