La clasificación del desarrollo de los países a través de su ingreso per cápita es una medida obsoleta e ineficiente que, en el caso de América Latina, no refleja la desigualdad que impera, coincidieron representantes de naciones de la región y organismos internacionales.
Para la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, la medición debe usar otro tipo de indicadores porque sólo en la región existen 28 países catalogados como economías de ingreso medio cuando en realidad enfrentan brechas estructurales.
El Banco Mundial y otras instancias clasifican a los países en economías de ingresos bajos, medianos o altos conforme el PIB per cápita desde hace al menos 40 a?os, con el objeto de que los más retrasados reciban apoyo al desarrollo mediante recursos concesionales.
Dentro de los trabajos del 36o periodo de sesiones de la CEPAL, en la Ciudad de México, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) se pronunciaron también por buscar nuevos mecanismos de clasificación.
"El ingreso per cápita no es el mejor indicador, no mide el desarrollo de los países. Mide un crecimiento muy ficticio porque un ingreso dividido por la cantidad de población no refleja en absoluto cómo se distribuye ese ingreso. Estamos claros de que este indicador ya está obsoleto", afirmó el director de la AGCID, Ricardo Herrera.
El funcionario chileno expuso que su país es una prueba de la inconsistencia de la medición porque está clasificado como una economía de renta media alta cuando enfrenta un serio problema de desigualdad entre su población.
"Hasta ahora ningún país había dicho nada. Somos los primeros países que estamos diciendo 'no nos parece esto porque el indicador no es el correcto', 'no nos parece porque nuestros países siguen teniendo brechas", dijo Herrera a Xinhua tras intervenir en la sesión del Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL.
Por su parte, el secretario para la Cooperación Iberoamericana de la SEGIB, Salvador Arriola, explicó que es "triste y dramático y totalmente ineficiente" que se continúe tomando un criterio usado originalmente por Naciones Unidas en 1971 para definir países que debían ser catalogados como de menor desarrollo.
"Con el hecho de que los saquen de la ayuda al desarrollo, los países dejan de recibir recursos concesionales y van a tener que acudir a la banca comercial internacional o a la banca multilateral oficial, que cobra ciertamente tasas de interés que no cobran en los recursos concesionales", abundó Arriola.
Arriola, también ex embajador de México en Uruguay y Guatemala, concluyó que una nueva medición podría abarcar indicadores adicionales, como desigualdad, inversiones, espacio fiscal y desarrollo de ciencia y tecnología.