Edward decidió dise?ar casas para los animales donde puedan escaparse del frío mortal del inverno beijinés, y de las lluvias caprichosas en verano. Y a esperanza de que con un lugar para descansar y donde las abuelitas de la vecindad les dejan comida, su amigos de cuatro patas no caigan en las manos malvadas impulsadas por codicia.
Edward se proclama un laobeijing (habitante nativo de Beijing) de corazón, e insiste que los mismo son los gatos del hutong.
Los abuelos jugando al ajedrez chino, los gatos tomando una siesta por encima de un techo de teja, toda una tranquilidad del zen rodeada por el color verde proveído por árboles de siglos de edad... Debe ser así una escena perfecta de la vida en la capital de este país milenario, dijo.
Al combinar lo tradicional de la arquitectura china y las ideas novedosas de una creatividad Acuario, Edward creó también muebles para gatos que conviven con los humanos dentro de departamentos encerrados, los dise?ados para ofrecer una mejor utilidad del espacio y una elegancia original para cada hogar.