BEIJING, 25 ene (Xinhua) -- Con el histórico viaje a Oriente Medio que el presidente chino, Xi Jinping, cerró este domingo, China demostró una vez más a la comunidad internacional que nunca ha huido de comprometerse con la paz y el desarrollo en la región.
La elección de Oriente Medio como el destino de su primer viaje al extranjero de 2016 y el haber llegado antes que cualquier otro líder mundial después de la retirada de las sanciones contra Irán por su programa nuclear, Xi demostró su resolución para comprometerse de manera constructiva con una región en dificultades, aunque prometedora.
Oriente Medio es una de las regiones estratégicamente más importantes del mundo, dados su localización crucial y sus abundantes recursos.
Durante décadas, los países occidentales han invertido intensamente para convertirse en las potencias dominantes de Oriente Medio. Sin embargo, los levantamientos de la "Primavera árabe", que estallaron en 2011 y fueron elogiados por Occidente, no han llevado a la zona más que una pobreza exacerbada, frustraciones y conflictos sectarios, así como un extremismo desenfrenado.
En un momento crítico como este, China, dirigiéndose a la causas de raíz de la crisis crónica de la región, ofreció un enfoque alternativo que enfatiza el diálogo en la resolución de las disputas, así como el desarrollo, a fin de sacar a la región del atolladero del derramamiento de sangre y del terrorismo.
Esta solución es exactamente la que China siempre ha ofrecido desde que hace 60 a?os la República Popular China estableció por primera vez lazos diplomáticos con un país de Oriente Medio, Egipto.
Desde entonces, China nunca ha cesado de trabajar hacia una solución pacífica de los conflictos regionales.
En 2013, Xi se reunió con los líderes palestinos e israelíes, reclamando a ambas partes que pusiesen fin a sus viajes hostilidades a través de negociaciones, en lugar de mediante la confrontación.
En la consecución del histórico pacto nuclear alcanzado el pasado a?o entre Irán y seis potencias mundiales que reducirá la confrontación en la zona, China, con su posición neutral y justa, jugó un papel indispensable y constructivo.
El país asiático también ha actuado con sensatez al explorar vías para acabar con la agitación con la que lucha Siria desde 2011, oponiéndose firmemente a la contraproducente intervención militar al tiempo que habla con las partes rivales para intentar resolver pacíficamente sus diferencias. A la vez, China ha respondido de manera activa a la crisis humanitaria en el país, aportando millones de dólares estadounidenses en ayuda.
Con su gira de cinco días por Oriente Medio, Xi reafirmó que la voluntad de China de comprometerse constructivamente con la región es todavía fuerte.
Durante el viaje del mandatario, China puso al día su relación tanto con Arabia Saudí como con Irán, al tiempo que prometió a?adir más valor a su asociación estratégica integral con Egipto.
En materia económica, se firmaron 52 acuerdos de cooperación entre China y los tres países, abarcando una amplia gama de temas, como la energía, la seguridad y las infraestructuras.
Los acuerdos, en el marco de la iniciativa de "la Franja y la Ruta", una ambiciosa propuesta lanzada por Xi en 2013 para impulsar la interconectividad y el desarrollo común a través de las antiguas rutas de la Seda terrestres y marítimas, incrementó de manera significativa la profundidad y la amplitud de la cooperación pragmática entre China y Oriente Medio.
Con estos acuerdos, se aportará a Oriente Medio tres factores muy necesitados: capital, proyectos constructivos y saber hacer tecnológico, con los que se dispersará la agitación actual con desarrollo y prosperidad.
Los hechos prueban una vez más que China nunca rehusará contribuir a la paz y al desarrollo en Oriente Medio.