BEIJING, 14 dic (Xinhua) -- París, un lugar que recientemente fue sinónimo de tragedia, está ahora en los encabezados por el acuerdo firmado este fin de semana, anunciado por muchos como un progreso histórico sobre el cambio climático.
Aunque el acuerdo es el testimonio del arduo trabajo, la pasión y la cooperación de casi 200 países involucrados, es una victoria particularmente dulce para China, que emergió para asumir un papel líder en el convenio, el cual busca reducir emisiones y ayudar a reducir impacto del cambio climático en el mundo.
Enviados de cerca de 200 países aprobaron el sábado el histórico acuerdo sobre el clima en la 21° sesión de la Conferencia de París sobre Cambio Climático (COP21), que declara que el calentamiento global debe ser contenido en dos grados Celsius respecto a los niveles preindustriales. El objetivo aún más ambicioso de 1,5 grados fue presentado como el mejor de los escenarios, y como un posible motivador.
El acuerdo post-2020 marca un cambio en la diplomacia global sobre el asunto, dando fin a décadas de discusiones entre naciones desarrolladas y en desarrollo sobre la forma en que podían impedir los efectos del cambio climático.
"Por largo tiempo habíamos estado esperándolo [este acuerdo]. Cuarenta a?os", declaró el presidente de Francia, Francois Hollande, a los delegados de las 196 Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés).
El representante especial de China sobre cambio climático, Xie Zhenhua, calificó la conferencia como "un punto crucial en el proceso para regir el clima global".
"Aunque el acuerdo no es perfecto, no nos detendrá para tener un avance histórico", dijo Xie.
El impulso de China para lograr un pacto global sobre el clima estuvo en el centro del escenario durante las dos semanas de conversaciones en París, y emergió como un actor líder.
Antes de la conferencia de París, China había firmado una serie de declaraciones bilaterales sobre cambio climático con la India, Brasil, la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Francia y otros.
Presentó sus Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés), que detalla los objetivos de reducción de emisiones de China, ante la UNFCCC en junio, prometiendo llegar al pico de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para el 2030, y reducir el CO2 por unidad del producto interno bruto (PIB) entre 60 y 65 por ciento respecto a los niveles de 2005.
Además, su propuesta del XIII Plan Quinquenal contiene sobresalientes políticas ambientales, y a pesar de que China es un país en desarrollo, prometió otorgar 20.000 millones de yuanes (3.100 millones de dólares) para ayudar a otros países en desarrollo a hacer frente al cambio climático.
Mientras los países desarrollados están obligados a proporcionar dinero para el fondo del cambio climático, la contribución de China es voluntaria.
El presidente chino, Xi Jinping, asistió a la ceremonia inaugural de la conferencia de París junto con otros líderes mundiales, y sostuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el viernes.
Su discusión giró en torno al papel de que los dos países debían jugar para evitar un punto muerto y garantizar que la histórica conferencia diera por resultado un acuerdo como estaba previsto.
Los negociadores chinos también participaron en la preparación del histórico acuerdo. En respuesta a las reservas presentadas por algunas de las partes durante las discusiones iniciales, los negociadores chinos, franceses y estadounidenses se unieron para asegurar que el acuerdo fuera adoptado.
A pesar de todos los retos ambientales que ha enfrentado, China ha avanzado y ha hecho políticas nacionales sobre cambio climático, regulaciones que subrayan que asume sus responsabilidades globales con seriedad, especialmente cuando se trata de la reducción de emisiones.
En los últimos 20 a?os, China, una de las principales fuentes mundiales de gases invernadero, ha surgido como un líder en tecnología de energías renovables, y 52 por ciento de la conservación de energía mundial es atribuida a China.
China se mueve con el deseo de garantizar un futuro seguro y limpio para su propio pueblo y para el mundo.
Un hecho para reflexionar, y que todas las naciones del mundo deben reconocer, es que el éxito depende de algo más que el propio histórico acuerdo. Finalmente, es una sólida acción, más que tan sólo la ambición, lo que mantendrá el objetivo de dos grados.
China hará todo lo que esté en su poder para garantizar la reducción de emisiones y que todos puedan disfrutar de un mejor ambiente.